Avión de Asiana que se estrelló en San Francisco volaba demasiado lento y falló su sistemas de alerta.
El accidente del vuelo de Asiana Airlines que se estrelló el pasado julio en San Francisto, cobrándose la vida de tres pasajeros, se debió con toda probabilidad a que los pilotos volaban peligrosamente lento y a que un sistema de alerta que debería haberles prevenido no funcionó adecuadamente, según las conclusiones de la aerolínea incluidas en documentos revelados este lunes por los investigadores estadounidenses.
«La causa probable de este accidente fue que el fallo de la tripulación del vuelo de vigilar y mantener una velocidad mínima segura durante la aproximación final», ha señalado Asiana Airlines en su informe a la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).
La compañía también responsabiliza del siniestro a lo que califica de «inadecuados sistemas de alerta» por no alertar a la tripulación de que los autorreguladores habían dejado de mantener la velocidad fijada y sugiere que el fabricante del aparato, Boeing, modificó el sistema de alerta de velocidad lenta en sus aviones.
Inmediatamente tras el accidente del 6 de julio de 2013, Asiana dijo que parecía haber habido un problema no mecánico en el aparato, pero en su último documento la aerolínea responsabiliza al diseño del autorregulador, una cuestión que había sido planteada previamente.
Por su parte, Boeing ha afirmado en su informe al NTSB que «hubo numerosas pistas» de que la velocidad del aparato se estaba ralentizando peligrosamente y responsabiliza del siniestro a los pilotos.
«Este accidente se produjo debido a que la tripulación del vuelo no vigiló y controló la velocidad de vuelo, el nivel de propulsión y la ruta de planeamiento en la aproximación final», ha afirmado Boeing. «Este accidente podría haber sido evitado si la tripulación hubiera seguido los procedimientos e iniciado un oportuno rodeo cuando la aproximación se volvió crecientemente inestable», ha añadido el constructor.
En el accidente murieron tres personas y más de 180 resultaron heridas. El copiloto, que estaba entrenando al piloto sobre cómo pilotar el avión, pensó que los autorreguldores del Boeing 777 podrían no haber estado operativos, de acuerdo con los documentos, que precisan que el piloto dijo que no estaba seguro de si éstos estaban manteniendo la velocidad del aparato.
El lento y bajo aterrizaje provocó que la cola del avión golpeara un muro antes de tocar tierra en la pista de aterrizaje. Como consecuencia de ello, el aparato viró 330 grados, se partió y se incendió. La NTSB abrió una investigación en diciembre y ha estado examinando las dudas en torno a los autorreguladores.
Fuente: http://www.europapress.es/
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