El Estado Islámico muestra la bomba que derribó el avión ruso.

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Una lata de Schweppes Gold y un detonador. Son los componentes de la presunta bomba de fabricación casera que, según el autodenominado Estado Islámico, derribó el pasado 31 de octubre el avión ruso en el norte del Sinaí segando la vida de las 224 personas a bordo. La imagen ha sido difundida este miércoles en ‘Dabiq’, la revista en inglés de la organización yihadista.
En la publicación, de 66 páginas, el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) festeja sus últimos ataques en Egipto, Líbano y Francia. «Los cruzados divididos de Oriente y Occidente pensaron que estaban seguros en sus aviones mientras bombardeaban de manera cobarde a los musulmanes del califato. (…) Pero Dios dictó que el castigo debía caer sobre los cruzados donde no los esperaran. Los sagrados ataques contra rusos y franceses fueron ejecutados con éxito pese a la guerra que libra la inteligencia internacional contra el Estado Islámico», señala la organización en ‘Dabiq’.
Junto al fotograma del artefacto explosivo, también se muestra una imagen de los restos del avión y varios pasaportes de las víctimas del ataque que -según la revista- «fueron conseguidos por los ‘muyahidines’ (guerreros santos)» de la filial egipcia del IS. La organización que dirige Abu Bakr al Bagdadi vincula el atentado al inicio de los bombardeos rusos sobre Siria a finales del mes de septiembre. «Fue una decisión precipitada y guiada por la arrogancia de Rusia», apostilla. 
De hecho, el IS reconoce que el blanco inicial era un avión de pasajeros de un país miembro de la coalición internacional que lidera Estados Unidos. «Después de descubrir la manera de poner en jaque la seguridad del aeropuerto internacional de Sharm el Sheij [ciudad egipcia ubicada en la península del Sinaí a orillas del mar Rojo] y decidir el derribo de un avión correspondiente a una nación que participara en la coalición occidental liderada por Estado Unidos, el objetivo cambió y se optó por un avión ruso. Una bomba fue introducida de contrabando en el avión causando la muerte de 219 rusos y otros cinco cruzados solo un mes después de la irreflexiva decisión de Rusia», añade la revista.