Los compañeros de viaje con los que no quieres compartir el avión.

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Viajar en avión siempre es una experiencia emocionante, toda la planeación previa al viaje se ve culminada en el momento que ponemos nuestro primer pie a bordo porque sabemos que al final del camino nos espera un destino emocionante.

En ocasiones, este trámite se puede convertir en algo tedioso: debes llegar al aeropuerto con varias horas de anticipación, normalmente hacer algo de fila para documentar tu equipaje y boleto, pasar por seguridad y esperar hasta poder abordar. Una vez hecho todo lo anterior, lo que siempre esperamos es tener un vuelo placentero, rodeados de compañeros de viaje agradables. Pero la ley de Murphy dice que tendremos junto a nosotros a algún viajero alucinante. Checa los comportamientos menos agradables dentro de un avión.

El pateador de asientos

Estás sentado en tu asiento tranquilamente y de pronto sientes unas pataditas en tu espalda, ¡respira! Este compañero de viaje es el menos deseable. Seguramente para tratar de frenar esto voltearás y en principio le echarás una fuerte mirada de enojo, y si esto no funciona tratarás de «hablarlo» tranquilamente.

Papás desentendidos

Nada como estar intentado echarte un sueñito y que de pronto los gritos y llanto de niños te perturben el momento. Y te perturba ver ver cómo los papás no tienen manera de controlar a los más pequeños.

El pasajero «aromático»

Qué tal que de pronto, ya disfrutando de la paz que puedes conseguir en el avión, percibes en tu nariz una nube olorosa bastante desagradable y pensar que todavía les quedan varias horas juntos por delante.

El audio insensible

Este compañero se puede presentar en diferentes versiones: el que habla muy alto y no deja de hacerlo durante todo el vuelo, o aquel que no utiliza audífonos para escuchar música, ver películas o jugar en su dispositivo móvil. No hagas corajes y ponte los audífonos.

El exagerado del equipaje de mano

No falta aquel que viaja hasta con el perico. Cuando aborda lleva en la mano un montón de bolsas y cajas que no encuentra en donde meter. Los sobrecargos van de un lado al otro del pasillo buscando espacio en las gavetas superiores hasta que por fin, todo acomodado justo antes de despegar.

¿Te has topado con alguno de ellos? O, ¿has sido tú uno de ellos? Seguramente en cuanto bajes del avión el rato incómodo se te olvidará porque estás por vivir un viaje increíble, y nada lo puede opacar.

Fuente: Expedia

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