Europa y Reino Unido ‘blindan’ la actividad de las aerolíneas.
La incertidumbre sobre el futuro del acuerdo del Brexit hecho público el miércoles pasado no ha perturbado la calma de las aerolíneas. Pese a que el mercado reaccionó con fuertes caídas a la rebelión desatada en el seno del Parlamento británico con la dimisión en cascada de varios de los ministros del Gobierno de Theresa May y la amenaza de una moción de confianza, el sector aéreo se sigue mostrando optimista con la resolución del divorcio pase lo que pase.
«Incluso si no hay un acuerdo con Brexit, tanto la UE como el Reino Unido han dicho que establecerán un acuerdo que permita que los vuelos continúen», explican fuentes de IAG.
Y es que, el mismo martes la Comisión Europea (CE) envió un documento al Parlamento en el que mostraba los compromisos de la unión con el sector aéreo ante la posibilidad de que finalmente no hubiera acuerdo o éste no salga adelante, informan fuentes del sector. Así, se compromete a mantener los derechos de tráfico de los pasajeros entre todos los países de la UE y Reino Unido, si éste acepta la reciprocidad, y a respetar las validez de las licencias (aviones, tripulación) y los acuerdos durante un periodo de nueve meses a contar desde marzo de 2019 para que la EASA firme los acuerdos de reconocimiento mutuo con la agencia británica, la CAA, de la misma forma que los tiene con EEUU. «Hay dos puntos muy importantes, los derechos de tráfico y las licencias técnicas, que ya estarían cubiertos con este compromiso. Hay incertidumbres pero somos optimistas», explica Javier Gandara, presidente de ALA.
«Confiamos en que se alcance un acuerdo de transporte aéreo integral. Está en los intereses del Reino Unido y de la UE tener un acuerdo de aviación completamente liberalizado», asegura por su parte la dueña de Iberia.
En este sentido, la ministra de Industria, Reyes Maroto, aseguró el martes pasado que España está preparada para garantizar la conectividad aérea con el Reino Unido en el caso de que finalmente no haya un acuerdo sobre el Brexit. El tráfico entre España y Reino Unido es fundamental puesto que los británicos son nuestros principales turistas y suponen el 17 por ciento del tráfico de la red de Aena.
El compromiso de la UE para proteger a la industria de la aviación tal y como la conocemos deja abiertas dos incertidumbres: el futuro de los acuerdos con terceros países y la libre circulación de personas, trabajadores y mercancías. En principio, la libertad de movimiento en las fronteras quedaría cubierto por el principio de acuerdo alcanzado entre la Comisión y Reino Unido, aunque su futuro todavía esté en entredicho. En cuanto a los acuerdos con terceros países y la cuestión de la propiedad europea para poder operar en el Viejo Continente, la aerolínea más afectada sería IAG, puesto que en principio no tiene una mayoría comunitaria en su accionariado y gran parte de su actividad es transoceánica.
Un punto que oficialmente no preocupa a IAG, que asegura que «son una compañía española cuyas aerolíneas tienen certificados de operación estables y apoyados por sólidos negocios en España, Irlanda y Reino Unido». «Confiamos en que cumpliremos con las normas de propiedad y control de la UE y el Reino Unido después del Brexit», asegura la firma, que se ha encontrado con la oposición de Qatar Airways a rebajar su peso del 20 por ciento para dar entrada a otros accionistas del Continente.
easyJet, que tiene gran parte de su actividad en la Europa continental, ya se ha blindado para seguir operando con normalidad tras el divorcio. La compañía se ha conformado con un holding que es al 47 por ciento europeo del que cuelgan tres sociedades con tres AOC distintos: uno inglés, otro suizo y otro austriaco. A su vez, han incluido una cláusula por la cual pueden forzar a los accionistas británicos o extranjeros a vender acciones para llegar a alcanzar el 50 + 1 del capital propiedad de la UE obligado.
Por África Semprún – El Economista
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