El tipo de aviones que revolucionarían la forma en que viajamos.

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De velocidad hipersónica, de propulsión eléctrica, de tres pisos… ¿crees que has visto de todo en los nuevos conceptos de aviones? Bueno, te falta uno: el avión modular.

Existen varias iniciativas independientes que exploran la viabilidad de los aviones modulares, que podrían transformar la forma en que viajan las personas y la carga.

Uno de estos diseños revolucionarios -llamado Clip-Air- ha sido creado por la Escuela Politécnica Federal de Suiza. Otro es el concepto Link & Fly, diseñado por AKKA Technologies, una firma europea de servicios de ingeniería.

Futurista y disruptivo

Si bien el concepto puede ser innovador, la inspiración para el Clip-Air es más mundana: el humilde contenedor de carga.

A pesar de, o quizás debido a su diseño simple, el contenedor es uno de los inventos más disruptivos del siglo pasado. Permite que la carga se mueva a bajo costo de un medio de transporte a otro y ha facilitado el desarrollo de complejas cadenas de suministro en las que se basan las economías modernas.

El contenedor se transfiere de manera sencilla de un camión, a un gigantesco buque y a un tren de carga. Además se puede utilizar una y otra vez, reduciendo drásticamente el costo del transporte en largas distancias.

Esa es la magia del transporte intermodal y es algo que este concepto futurista y potencialmente revolucionario espera emular. Precisamente este factor también es el núcleo de la propuesta de Link & Fly.

De hecho, AKKA Technologies se está posicionando cada vez más como un proveedor de soluciones integradas de movilidad, borrando la diferencia entre los campos automotrices, ferroviarios y aeroespaciales.

La idea clave, tanto en Clip-Air como en Link & Fly, es que el avión está compuesto de dos elementos.

Primero está el componente de vuelo, incluido el fuselaje, la cabina de mando y los motores. Luego están los módulos, una serie de cápsulas desmontables que pueden actuar como cabina de pasajeros o bodega de carga, según la configuración elegida.

Ambos conceptos tienen un cuerpo en forma de arco, en la parte superior van las alas y los motores. Esto hace posible colocar la cápsula justo debajo y acoplarla y desacoplarla fácilmente.

Clip-Air, por ejemplo, se basa en un concepto de ala volante que recuerda a un bombardero Stealth. Algunos incluso pueden encontrar algunas similitudes con el X-48, un avión experimental sin piloto desarrollado para la NASA hace una década.

Diseño versátil

Un par de largas patas metálicas que sobresalen de cada lado del ala volante y que contienen el mecanismo de las ruedas de aterrizaje, mantienen el fuselaje a gran altura sobre el suelo.

La altura es para permitir que las cápsulas se cuelguen del vientre del avión, no como la forma en que los aviones de guerra llevan bombas y misiles. Estas cápsulas se podrían hacer para transportar pasajeros o carga.

De hecho, aunque se espera que la velocidad y el alcance de Clip-Air estén a la par con los modernos aviones de tamaño mediano, la belleza del concepto se basa precisamente en la versatilidad que proporcionan las cápsulas.

El concepto Link & Fly presenta una configuración similar, con módulos que pueden adaptarse para transportar simultáneamente una amplia gama de combinaciones de carga y pasajeros. De esta manera un solo avión podría realizar múltiples funciones.

Las cápsulas también se pueden unir y separar fácilmente de la estructura o fuselaje del avión, lo que hace posible que las aeronaves logren rotaciones muy rápidas en tierra.

Claudio Leonardi, quien dirige el proyecto Clip-Air en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, dice que esto permitirá a los operadores maximizar el uso del fuselaje, el componente más caro.

Traslado eficiente

Además, para los pasajeros, el proceso de embarque podría ser mucho más rápido y menos estresante, ya que podrán abordar las cápsulas mucho antes del vuelo. Así que adiós a los atascos en los pasillos.

Y luego está todo el aspecto multimodal del concepto. Al igual que con los contenedores de carga, las cápsulas Clip-Air podrían transferirse sin problemas a camiones y trenes, abriendo un mundo de posibilidades, no solo para el transporte de mercancía, sino también para la industria aérea.

Por ejemplo, pueden ser empresas distintas las que gestionen el propio avión y la cápsula de pasajeros. En el caso de Clip-Air se usarían múltiples cabinas, ya que se podrían unir hasta tres cápsulas independientes a cada aeronave.

De manera parecida a lo que sucede en la industria ferroviaria o marítima algunas empresas podrían especializarse en volar, mientras que otras se centrarían en la experiencia del pasajero.

Los pasajeros podrían incluso elegir entre tres competidores diferentes, todos en cápsulas llevadas por la misma aeronave. Los operadores también pueden comercializar itinerarios multimodales que comienzan o terminan más allá del aeropuerto.

Los pasajeros podrían abordar una cápsula en una estación local de autobuses y despertar en otra ciudad al otro extremo del planeta, después de un viaje por carretera, aéreo y ferroviario durante el cual no abandonaron su asiento.

Entonces, ¿cuáles son las posibilidades de que esto se cristalice? Pocas, según Addison Schonland, fundador de Airinsight, una consultora especializada en la industria de la aviación.

«Aunque puede ser brillante desde el punto de vista de la ingeniería, va a ser muy difícil hacer que funcione comercialmente. Necesitaría competir con tecnologías probadas y bien establecidas y, francamente, es dudoso que el mercado esté listo para un nuevo concepto tan radical, incluso a largo plazo. En cualquier caso, si el concepto llega a despegar, lo veríamos primero en el transporte de carga», dice Schonland.

AKKA Technologies tampoco espera que su Link & Fly entre en producción en el corto plazo, sino que otros abreven de su tecnología.

Aunque el diseño está totalmente concebido desde la ingeniería, lo que significa que cada aspecto se ha diseñado teniendo en cuenta la viabilidad tecnológica, su objetivo principal es demostrar las tecnologías emergentes.

«Nuestra función no es fabricar el Link & Fly, sino acompañar a los OEM (fabricantes de equipos originales) en el desarrollo de futuros sistemas de transporte multimodal», dice Maurice Ricci, fundador y CEO de AKKA Technologies.

«Similar a lo que hemos logrado con nuestro vehículo eléctrico autónomo Link & Go, lanzado en 2011, cuyos avances tecnológicos clave pueden encontrase en los vehículos más recientes que llegan al mercado, lo mismo podría ser el caso de las tecnologías subyacentes del Link & Fly», explica Ricci.

En cuanto a Clip-Air, los investigadores son conscientes de los desafíos por venir y de que se necesitan años de investigación y pruebas adicionales para validar el concepto; sin embargo, Leonardi permanece firme en su objetivo final de construir un avión capaz de volar simultáneamente tres cápsulas con la capacidad de transportar 150 pasajeros en cada una.

«Estamos usando solo tecnologías y materiales que ya están en uso y son bien conocidos por la industria», dice.

Los investigadores de Clip-Air, que también están estudiando la posibilidad de utilizar biocombustibles o hidrógeno líquido como combustibles alternativos, ya han entablado algunos contactos con la industria aeroespacial. Obtener el apoyo de alguno de los principales jugadores del sector sería crucial y el equipo espera escuchar a los interesados.

Mientras tanto, el equipo de Leonardi se prepara para construir un prototipo de Clip-Air a pequeña escala: un avión no tripulado de 10 metros que, independientemente de la perspectiva a largo plazo para la aviación modular, seguramente capturará la imaginación de los espectadores y los visionarios de la aviación.

Por Miquel Ros – CNN, Expansión

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