Por qué los motores de los aviones no pueden estar recubiertos de algún protector contra pájaros.
Los pájaros (y más recientemente los drones) son una eterna fuente de problemas para los aviones. ¿No sería más fácil cubrir el motor del avión con algún tipo de rejilla que impida que un objeto extraño pueda entrar en el motor? Mentour Pilot explica de manera fantástica esa cuestión.
El popular YouTuber y piloto reconoce que le han hecho esa pregunta cientos de veces. Sobre el papel parece una idea excelente, pero la realidad es que, en primer lugar, no es necesario.
Los fabricantes de aviones someten los motores a durísimas pruebas de resistencia, y una de ellas es precisamente el disparar aves (ya muertas) contra los motores en marcha. Las palas de la turbina que hay dentro de un motor a reacción son increíblemente resistentes. Lo normal es que de hecho desintegren al infortunado animal y dispersen sus restos alrededor de la propia turbina antes de que cualquier resto pueda entrar en partes más internas del motor.
Si el pájaro es demasiado grande, lo que ocurre es que las palas de la turbina lo pulverizan. La primera señal de este incidente es un intenso olor que Mentour Pilot describe literalmente como pollo frito. De hecho, se da la curiosa circunstancia de que la procedencia del olor indica qué motor ha recibido el impacto. Si el olor llega primero al compartimento de vuelo el impacto ha tenido lugar en el motor número 1, el izquierdo. Si el olor llega primero al compartimento de cabina es el motor número 2 (derecho).
Cuando el remedio es peor que la enfermedad
El problema de instalar una malla o algún tipo de protector es que este disminuiría enormemente la entrada de aire en el motor, y al mismo tiempo aumentaría la resistencia aerodinámica. De hecho la resistencia aumenta de manera exponencial respecto a la velocidad del aire. Mentour Pilot pone el ejemplo de una raqueta de tenis. Moverla rápidamente en el aire requiere mucho más esfuerzo con las cuerdas que si quitamos estas. La resistencia no es el único problema. Si reducimos la entrada de aire al motor, reducimos su eficacia y aumentamos de forma dramática el consumo de carburante, algo que las aerolíneas tratan de evitar a toda costa.
Si pese a todo instaláramos la malla tendríamos muchos más problemas que simplemente dejando que el pájaro sea absorbido por el motor. Si un pájaro impacta contra la malla, lo mas probable es que esta lo triture y sus restos acaben en el motor igualmente. Si logra bloquearlo el problema es aún peor, porque obstruiría la entrada de aire. Si el impacto es lo bastante fuerte como para romper la malla habría que añadir el problema de trozos de metal entrando en el motor.
En definitiva, que instalar una malla comporta tantos problemas que es mejor dejar el motor abierto. Al fin y al cabo los motores están diseñados para resistir un impacto salvo casos muy singulares y raros como atravesar toda una bandada de pájaros.
Por Carlos Zahumenszky – Gizmodo
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