Aeroméxico cierra el 2019 con pérdidas por 2,369 millones de pesos.
Aeroméxico cerró 2019 con una pérdida neta de 2,369 millones de pesos (mdp) al registrar ingresos por 68,766 mdp, una disminución de 2.1% respecto a 2018, en gran medida a falta de sus equipos 737 MAX, cuyo cese de operaciones fue el principal factor de que la aerolínea reportara números rojos en los cuatro trimestres del año.
En su reporte del cuarto periodo de 2019, la aerolínea también mostró una disminución en sus ingresos de 6.7% y una contracción de 0.3% en su utilidad neta, indicadores que, sin embargo, fueron mitigados por una disminución de 20.1% en sus gastos operativos debido a una ingeniería de costos aunada al acuerdo de compensación confidencial que la aerolínea alcanzó con el fabricante de los 737 MAX, Boeing.
“Los gastos de operación en el cuarto trimestre de 2019, incluyendo renta de equipo y depreciación, sumaron 15,476 millones de pesos, lo que representó una disminución de 20.1% con relación a lo registrado en el mismo periodo de 2018. Lo anterior como resultado de nuestra política de estrictos controles del gasto, la reducción de capacidad, la apreciación del tipo de cambio y el impacto del acuerdo de compensación parcial con Boeing”, indica la compañía en el reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
La capacidad de la compañía también resultó afectada por la falta de aeronaves, al contraerse 4.9% en comparación con el cuarto trimestre de 2018, siendo el más afectado el segmento internacional, con una reducción 7.3% –debido a que la aerolínea operaba el equipo 737 MAX a Lima, en Perú, y Bogotá, en Colombia–, mientras que en el segmento nacional se registró un incremento de capacidad de 1.1%.
Además, la capacidad de la aerolínea se vio mermada por la suspensión de operaciones de dos Boeing 737-700 y tres Embraer-170, que fueron parcialmente compensados por la incorporación de dos Boeing 787- 9 y tres Boeing 737-800. Para el cierre del cuarto trimestre de 2019 las operaciones de Aeroméxico contemplaban catorce equipos 737 MAX.
Por Juan Tolentino Morales – Expansión
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