Boeing no recibe ni un pedido de aviones en enero por primera vez en 58 años.
Boeing sigue acusando los efectos de la crisis del 737 Max, el modelo vendido de forma más rápida en la historia de la compañía. Por primera vez desde 1962, el fabricante aeronáutico americano no recibió ningún pedido en enero, señal inequívoca de que las aerolíneas siguen sin confiar en la compañía con sede en Chicago. Según los datos que ha facilitado, su registro de entregas también ha sido más bien modesto, 13. Hace un año, sin crisis mediante, Boeing entregó 46 aviones y recibió 45 pedidos netos después de las cancelaciones. La compañía sigue así la senda por la que ya comenzó a transitar en 2019. El pasado ejercicio, y por primera vez en 16 años, recibió más cancelaciones que pedidos. Concretamente, el fabricante recibió 246 encargos, su nivel más bajo desde 2003. Sin embargo, después de sucesivas cancelaciones, tal número se redujo hasta las 54. Si a ello se le suman otra serie de pedidos que Boeing difícilmente mantendrá en su libro de pedidos, debido fundamentalmente a la quiebra de la aerolínea india Jet Airlines; el resultado final es que Boeing perdió 87 pedidos, lo que representa su primer saldo negativo en 30 años.
Los números de Boeing contrastan poderosamente con los de su gran competidor, Airbus. El consorcio europeo cerró enero con 296 encargos, 274 netos después de cancelaciones. Se trata de su mejor registro en 15 años y demuestra que aunque Airbus ha defendido que la crisis del 737 Max no es buena para el sector, sí lo está siendo para sus intereses pues está escorando el mercado a su favor.
Agujero económico
La crisis de Boeing, provocada por sendos accidentes de dos de sus 737 Max que le costaron la vida a 346 personas, ha sumido a la compañía en la crisis más profunda de su historia. En 2019, cerró con unas pérdidas de 636 millones de dólares, frente al beneficio de 10.460 millones que registró en 2018. Su deuda escaló hasta los 27.300 millones de dólares debido no sólo a que tuvo que parar las entregas y, ya en diciembre, también la producción, del 737 Max; sino a las compensaciones que ha tenido que pagar a las aerolíneas y los pleitos en que está inmersa. Y la sangría seguirá. Fitch Ratings calcula que podría escalar hasta los 34.000 millones de dólares.
Aunque el regulador aéreo americano (FAA) no se atreve a poner fecha a la vuelta del 737 Max, Boeing ha recibido en los últimos días buenas noticias para sus intereses. La FAA aseguró la semana pasada que todos los reguladores mundiales están de acuerdo en los cambios de diseño que Boeing debe introducir en el avión para que vuelta al servicio, lo que supone un avance importante. Hoy mismo, la propia FAA ha insinuado que está cerca de realizar el vuelo de certificación del 737 Max, primero de una larga serie de requisitos que debe cumplimentar para volver al servicio.
Por Roberto L. Vargas – La Razón
Líder en noticias de aviación