Madrid-Barajas cierra las terminales 2 y 3 y dos pistas tras quedarse casi sin vuelos.
El tráfico de Madrid-Barajas toca mínimos no vistos en más de veinte años al calor de las restricciones a la movilidad impuestas por los Gobiernos y el colapso de las sector aéreo. Según los últimos datos publicados por Eurocontrol, el aeropuerto madrileño cerró el domingo con un 79,7% menos de vuelos que un día análogo del año pasado.
Ante este desplome de la actividad, que todavía no ha tocado suelo y se extiende por toda la red, Aena ha decidido reducir la capacidad del su principal aeródromo para reducir costes operativos y limitar los contagios entre el personal. Así, la semana pasada cerró dos de las cuatro pistas de Barajas y mañana martes cerrará las terminales 2 y 3 para concentrar toda la actividad en la 1 y en la 4.
El operador, que la semana pasada ya empezó a cerrar alguna puerta en la terminal 3, está informando a las aerolíneas para que a lo largo del día de hoy trasladen la poca actividad que les queda a la terminal 1, mientras que mantendrá la 4 como está. Así, Air France-KLM ya ha comunicado que «a petición de Aena» todas las operaciones de sus aerolíneas en el aeropuerto madrileño «se realizarán a partir de mañana (24 de marzo) desde la terminal 1. Hasta hoy, las operaciones de ambas compañías se llevan a cabo desde la terminal 2».
En esta línea, Air Europa y el resto de las aerolíneas que no formen parte del grupo One World y que sigan operando tendrán que mudarse a la primera terminal. Las compañías de la familia IAG (Vueling, Iberia, British Airways) y sus aliados, como American Airlines, seguirán en la T4.
La medida tomada por Aena en Madrid se puede extender a otros aeropuertos de la red (ya se estudia en El Prat) e incluso se ha abierto la puerto a cerrar infraestructuras que se hayan quedado sin vuelos, como por ejemplo el aeropuerto de Logroño. De todas formas, la actividad de pasajeros se reducirá a la mínima expresión y muchas terminales tendrán limitada su actividad. No en vano, el desplome de la actividad aérea, está hundiendo los ingresos de Aena por lo que la compañía también tiene que empezar a llevar a cabo ajustes para no sufrir tensiones de liquidez.
Por África Semprún – El Economista
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