Cerrado hasta nuevo aviso el aeropuerto de Valera, Venezuela.

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La soledad que impera en el aeropuerto Antonio Nicolás Briceño es abrumadora y da cuenta del atraso en que Trujillo está sumido desde tiempos inmemoriales. Al acudir al terminal aéreo se constata el vacío de las salas de espera, pasillos y taquillas. 

El Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa) suspendió sus actividades el 18 de enero. El reinicio de los vuelos comerciales aún no está previsto. Empleados de la Gobernación continúan laborando en el aeródromo, pues los vuelos privados, particulares, oficiales y militares siguen operando con normalidad.

Servicio intermitente

El ex presidente de Conviasa, Jesús Viñas García, expresó que «Conviasa, como línea aérea bandera del pueblo venezolano, tiene el deber de facilitar el acceso aéreo a cada estado del país, es una meta que estamos cumpliendo en el menor tiempo posible». La realidad trujillana es otra, dada la intermitencia del servicio aeroportuario. Es más frecuente que los vuelos estén paralizados y no que trabajen con regularidad. Gilberth Araujo, usuario del aeropuerto, fustiga «es una sinvergüenzura de parte del gobierno regional tener a los viajeros en esta incertidumbre. Trabajo en varias zonas del país y mi familia vive en Valera, no puedo ir y venir en avión porque casi nunca hay servicio. Me toca llegar hasta Barquisimeto o Maracaibo ¿Cuáles son los avances de Trujillo? ¿Hasta cuándo la desidia del gobierno?».

Franselys Quintero, quien se dirigía a comprar pasajes al aeropuerto, reclamó «no sabía que los vuelos estaban paralizados porque hace tiempo no venía a Valera. Estaba contando con este servicio para, después de Carnaval, irme a Puerto Ordaz. Ahora tendré que viajar 18 horas en autobús, esto no se justifica, es una burla al pueblo».

Empresarios dispuestos a ayudar

María Uzcátegui, directiva del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), señaló que está dispuesta a colaborar con el gobierno. «Hablo en nombre de todo el sector empresarial», ratificó. Ricardo Berríos, presidente de Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera (Acoinva), declaró en días pasados que «mediante la paralización de vuelos comerciales se afecta a la economía del estado. No hay certeza de cuándo tendremos vuelos. Necesitamos imperiosamente ese servicio debido a las pésimas condiciones de vialidad terrestre. El sector productivo de Trujillo merece que haya seguridad y regularidad en las operaciones aeroportuarias».

En el portal web del aeropuerto Antonio Nicolás Briceño se establece que la visión del ente aeroportuario es «ser una Institución con un alto sentido gerencial y sistemático, extendiendo sus actividades de forma eficiente y eficaz en todos sus departamentos y coordinaciones con miras a difundir los vuelos nacionales, contribuyendo al desarrollo económico y social del estado. Trujillo, el cual está en un proceso de resurgimiento turístico, agro-industrial y petrolero». La práctica contradice a la teoría.

Sanciones

El primer vuelo al estado Trujillo fue el 28 de octubre del año 2009, luego las actividades cesaron el 30 de septiembre de 2010. Desde allí los vuelos comerciales, a cargo de Conviasa, han sido irregulares e intermitentes. Llama la atención que no haya consecuencias ni sanciones. La ley no se aplica a la empresa que trabaja de manera intermitente y afecta al desarrollo económico y social de Trujillo. 

Fuente: http://diariodelosandes.com
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