El test ha costado a la aerolínea 5 millones de libras (unos 5,9 millones de euros) en gastos de renovación de su sistema informático para adaptar el actual sistema de reservas al de los asientos asignados. Aunque todos los pasajeros tendrán su butaca designada, estos podrán pagar 12 libras más (14,3 euros) para reservar asientos con mayor espacio para las piernas, 8 libras (9,5 euros) si quieren sentarse en los asientos de la primera fila y 3 libras (3,5 euros) por cualquier otro asiento. El número de butaca aparecerá en la tarjeta de embarque de cada viajero.
McCall indicó que la compañía tan solo incorporará esta medida, pasado el periodo de prueba, «si funciona de forma operativa y aumenta la satisfacción de los pasajeros». «Nuestro objetivo es hacer que los viajes sean fáciles y asequibles para todos los pasajeros», aseguró la directiva.
Según McCall, los pasajeros no están acostumbrados a los asientos no reservados y la experiencia puede resultar estresante y con el proyecto quieren asegurarse de que las familias y los pasajeros que viajan en grupo pueden sentarse juntos.
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