En esta misión de supervisar cómo se elaboran estos platos, el directivo se desplaza por los principales centros de conexión de la aerolínea, lo que le ha llevado recientemente a Barcelona, donde revisa la preparación de los productos que se consumen a bordo y que elabora su socio en catering, Gate Gourmet. «Tenemos que garantizar que los estándares de calidad son lo mismo aquí que en NuevaYork, Francfort o Bombay», recalca. El aeropuerto de El Prat es la base de operaciones de la aerolínea en España. Desde aquí parten los vuelos que conectan Barcelona con Singapur y Sao Paolo (Brasil).
Un plato, una foto
En su tarea no deja al azar ningún detalle. Cada uno de los ingredientes que se emplea en los platos tiene su razón de ser y sobre cada uno de ellos se detalla la cantidad exacta que va a utilizarse. Freidanck va acompañado de su cámara de fotos que utiliza para tomar imágenes de los platos. ¿Un plato en el que la mayoría de los ingredientes tiene el mismo color? El chef opta por introducir una pequeña hierba aromática para que cobre vida. Este detalle no sólo actúa de contraste, sino también aporta frescura al plato. Para idear los platos hay que tener en mente que las condiciones que se dan a 30.000 pies de altura pueden influir en cómo son apreciados por el paladar.
Pero la altura no es el único condicionante, todo debe estar concebido para que ocupe el menor espacio y el mínimo peso.
En las alturas resulta clave no mezclar sabores. Además, en sus clases de mayor categoría de Singapore Airlines, Business y First, cada uno de los ingredientes que se utilizan en los platos son calentados por la tripulación en bandejas con compartimentos separados para salvaguardar sus texturas y propiedades. El plato llega a la mesa del pasajero con todos sus ingredientes combinados y su mejor presentación. Durante sus viajes por todo el mundo para supervisar a sus proveedores de catering, Freidanck se reserva la licencia de introducir modificaciones en los menús, que cambian cada cuatro meses. Para el responsable de alimentación y bebidas de la aerolínea, idear los menús es todo un reto, ya que en sus vuelos se encuentran pasajeros de procedencia dispar.
A diferencia de todo lo que ocurre en otras aerolíneas de bandera, donde el pasaje tiene un origen común, en los vuelos de Singapore Airlines se citan viajeros de diversas nacionalidades. Según cálculos de Freidanck, un 40 por ciento del pasaje es ciudadano de Singapur, mientras que el 60 por ciento restante proviene de otros países. Singapur es un crisol de culturas y de distintas sensibilidades gastronómicas, con ciudadanos de origen chino, malayo o indio.
Para ganarse el favor de los viajeros, Singapore Airlines combina recetas locales con platos conocidos en todo el mundo. Y también se apoya en chefs renombrados de todo el mundo, que ellos denominan como panel culinario internacional. «Ellos nos ofrecen sugerencias en función de la cultura y estilo de vida de su país de origen», sostiene.
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