Boeing anunció entonces que las baterías contarán con mayores medidas de seguridad y que se iban a ensamblar en las aeronaves en las semanas siguientes, con lo que esperaba que los 787 Dreamliner pudieran volver a operar a corto plazo.
Si la aprobación de la FAA se retrasa más de lo previsto, ANA tendrá que cancelar los vuelos del Boeing 787 otra vez y se permitirá a los pasajeros cancelar sus reservas con la devolución del importe o que las cambian por otros trayectos, según informó la aerolínea.
ANA, la mayor compradora del modelo, cuenta con 17 aviones Boeing 787 Dreamliner y para final de mayo habrá cancelado 3.601 vuelos domésticos e internacionales debido al fallo de las baterías, que ha afectado a aerolíneas de todo el mundo.
La compañía nipona decidió dejar de volar temporalmente con el 787 el pasado 16 de enero, día en el que uno de sus Dreamliners se vio forzado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Takamatsu (sur) por un problema en una de sus baterías de ion-litio.
Ese fallo fue el sexto detectado en un 787 en apenas 10 días y a raíz de ello las otras ocho compañías que poseen el modelo, así como las autoridades de aviación civil de EU o Japón, decidieron anunciar la suspensión temporal de operaciones con este avión.
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