Aeropuerto La Guardia de New York será renovado.

Síguenos en las redes sociales y mantente siempre actualizado

Oscuro, sucio, congestionado y triste son algunos de los adjetivos utilizados por los viajeros para describir el aeropuerto de La Guardia, un lugar que a menudo aparecen en los sondeos de satisfacción de los usuarios como el peor de Estados Unidos. 

«No representa de lo que piensa la gente cuando se imaginan Nueva York y los shows de Broadway. No es muy bonito», comentó Layla House, gerente de ventas de una empresa de suministros médicos que viaja desde su casa en Bullard, Texas, a Nueva York por lo menos seis veces al año.
La situación va a cambiar.
El gobernador Andrew Cuomo anunció recientemente que el estado se hizo cargo de un ambicioso plan de 3.600 millones de dólares que contempla una terminal central completamente nueva en La Guardia. Grandes espacios abiertos, restaurantes, centros de compras, nuevos estacionamientos, acceso gratis a internet (Wi−Fi) y otros atractivos ahora comunes en otros aeropuertos. Cuomo quiere desarrollar además un plan para mejorar las operaciones de carga en el cercano aeropuerto internacional John F. Kennedy.
«Vamos a desarrollar de nuevo estos aeropuertos de la forma en que deberían haber sido renovados hace muchos, muchos años», indicó Cuomo en su discurso anual sobre la situación del estado ante la legislatura.
Cuomo, que se postula a la reelección y ha sido mencionado como posible candidato presidencial demócrata en el 2016, dijo sentirse frustrado porque en la década de 1990 comenzó a hablarse de dichas renovaciones sin apenas avances.
Desea comenzar la reforma al igual que hizo con un proyecto de 3.900 millones de dólares para reemplazar el puente Tappan Zee, al norte de Nueva York, que también había estado atascado durante años.
La Guardia, junto con las bahías de Flushing y Bowery en el norte de Queens, es el más cercano de los tres aeropuertos neoyorquinos al centro de Manhattan, a unos 13 kilómetros (8 millas) y por él pasaron el año pasado 27 millones de personas, un récord.
Con frecuencia el primer edificio que ven los viajeros tiene forma de bumerán en la terminal central, inaugurada justo a tiempo para la Feria Mundial de 1964. Muchos pasajeros dicen que es como retroceder en el tiempo.
Se topan de inmediato con techos bajos, escasa iluminación y corredores estrechos. Los kioscos de información de embarque figuran en filas desorganizadas justo dentro de los accesos, donde brillantes luces verdes de neón proclaman «Bienvenido al aeropuerto de La Guardia». En la parte occidental de la terminal se encuentra un modesto patio de comidas con un centro de hamburguesas, una pizzería y un Dunkin’ Donuts.
«Es probablemente la peor de todas las terminales que visito», dijo Thomas Smith, un ejecutivo de una empresa energética de Chicago que vuela mucho y que ha visto multitud de cubos para recoger las goteras del techo y otras muestra de deterioro. «No hay un verdadero servicio de comidas aparte de pequeños puestos de aperitivos. Las puertas del área son viejas».
Construido para atender a 8 millones de pasajeros por año, el aeropuerto recibe a 12,5 millones anuales. Como prevé que tras las renovaciones pueda recibir a 17,5 millones hacia el año 2030. Las otras tres terminales de La Guardia no están contempladas en el plan de renovación.
Cuatro compañías han recibido la petición de que presenten propuestas para la renovación de la terminal central antes del 15 de abril y se espera que las obras comiencen antes de que termine el año. Lo más complicado del plan será el momento en que los trabajos estén en marcha mientras la terminal sigue atendiendo a millones de viajeros.
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *