Incidente del avión de Delta en New York genera debate sobre cierre de pistas por nieve.

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Las pistas del aeropuerto LaGuardia de Nueva York funcionaban normalmente el viernes, luego que fue remolcado de una de ellas un avión de Delta que la víspera patinó y se estrelló contra una valla, causando seis heridos.

El aterrizaje accidentado, apenas unos minutos después de que se despejara la nieve de la pista, ha planteado dudas sobre cuándo deberían cerrarse las pistas por nieve o hielo.
Joe Pentangelo, portavoz de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que gestiona el aeropuerto, dijo que la segunda pista fue reabierta alrededor de las 10:30 am del viernes. La otra pista del aeropuerto fue reabierta unas tres horas después del accidente del jueves.
Se utilizaron grúas durante la noche para retirar el avión, que fue llevado a un hangar. Seis personas resultaron heridas en el accidente del jueves. La nariz del avión terminó a apenas unos metros de la helada bahía de Flushing.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte tiene previsto recuperar los dispositivos que registran los datos de vuelo y las grabadoras de voz de la cabina, y documentar los daños en el avión.
No hay una norma sobre cuánta nieve o hielo requieren cerrar una pista. En cambio, la Administración Federal de Aviación pide a los aeropuertos que midan las pistas durante las tormentas de invierno para asegurar que los aviones pueden frenar con seguridad. Un vehículo especial corre por la pista con un ordenador que comprueba el frenado, y si la pista falla debe cerrarse.
En este caso la nieve se había retirado unos minutos antes y otros dos pilotos informaron de buenas condiciones de frenado, señaló Patrick Foye, director ejecutivo de la Autoridad Portuaria. Parecía que el piloto había hecho todo lo que podía para frenar la nave, señaló.
«El avión no hizo contacto con el agua», dijo Foye. «Afortunadamente, eso no fue un riesgo hoy».
La Guardia, conocido por su gran cercanía con la bahía, es uno de los aeropuertos más congestionados de Estados Unidos. También es uno de los más complicados para aterrizar. Su proximidad con otros tres aeropuertos bulliciosos implica que los pilotos deben hacer varios virajes ajustados para alinearse con las pistas, todo mientras siguen sus procedimientos previos al aterrizaje.
Las dos pistas de La Guardia son «razonablemente cortas» pero seguras, dijo el expiloto de US Airways John M. Cox, que ahora dirige la consultora Safety Operating Systems.
En aeropuertos con pistas más largas los pilotos planean un par de pies sobre el asfalto y tocan tierra con suavidad. En La Guardia, dijo Cox, «pones el avión en el suelo y lo paras».
Los pasajeros del vuelo 1086 de Atlanta dijeron que había reinado una calma surrealista en la nave mientras el avión botaba y se salía de la pista, aunque algunos niños empezaron a llorar cuando se detuvo. Sólo entonces se dieron cuenta de lo cerca que habían estado de precipitarse en la gélida agua salada.
El pasaje salió por encima de la dañada ala derecha porque la puerta trasera estaba demasiado cerca del agua. Envueltos en bufandas y gruesos abrigos de invierno, salieron de la nave y avanzaron a trompicones por un terreno cubierto por varias pulgadas de nieve.
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