Nuevos indicios apuntan a una explosión a bordo del avión ruso siniestrado en el Sinaí.

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Un día después de que la compañía aérea achacara la tragedia a un factor externo, tres nuevas revelaciones apuntan hacia la tesis de un sabotaje a bordo.
El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, ha tildado de «propaganda» la reivindicación del ataque por parte de la filial local del autodenominado Estado Islámico y -en línea con las autoridades rusas- ha pedido cautela hasta que concluya el análisis de las cajas negras, que ya ha dado comienzo.
En declaraciones a la cadena NBC un funcionario estadounidense que sigue de cerca la investigación del accidente ha señalado que un satélite infrarrojo detectó un destello de calor a la misma hora en la que el Airbus A321 se estrelló sobre Al Hasana, a unos 70 kilómetros al sur de Al Arish, la capital del norte el Sinaí, cobrándose la vida de las 224 personas a bordo. 
La inteligencia estadounidense considera que podría ser una especie de explosión interna a partir de un depósito de combustible o una bomba. «La hipótesis de que el avión fue derribado por un misil no está encima de la mesa», apuntó el citado funcionario. En los minutos previos, el aparato había iniciado una rápida caída desde los 30.000 pies de altitud (unos 9.100 metros). Antes de estrellarse sobre una inhóspita explanada de difícil acceso acceso del norte del Sinaí, el aparato se rompió en dos pedazos en pleno vuelo, según las primeras conclusiones de los investigadores rusos que junto a egipcios y expertos de Airbus e Irlanda, donde fue registrada la nave, forman parte del comité encargado de esclarecer el suceso. 
El supuesto de la explosión ha sido respaldado por recientes declaraciones anónimas de un funcionario médico egipcio recogidas por la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti. El estado de algunos de los cuerpos recuperados del lugar del accidente podría sugerir que se registró una explosión a bordo. «El gran número de restos humanos que se han hallado separados podría indicar que una fuerte explosión se produjo a bordo antes de que el avión golpeara el suelo», ha añadido la citada fuente.
Por su parte, la agencia de noticias rusa Interfax citando a funcionarios egipcios ha advertido este martes que la desaparición del avión estuvo precedida por sonidos «impropios de un vuelo normal» llegados de la cabina. Por último, el ministro de aviación civil egipcio Hosam Kamal ha pedido este martes el fin de las conjeturas acerca de la tragedia. «Toda la especulación alrededor de las causas del accidente es prematura y no está sujeta a pruebas o datos concretos», ha denunciado Kamal en un extenso comunicado. El ministro confía en concluir este martes la recogida de datos y centrarse luego en el análisis de los restos del aparato y en la información proporcionada por las cajas negras. La investigación -ha agregado- llevará «algún tiempo» antes de que se pueda publicar un informe definitivo.
Grabaciones de audio
Según el examen preliminar de las grabaciones de audio, después de una conversación rutinaria entre los miembros de la tripulación se han hallado unos sonidos inusuales que coinciden con el momento en el que el avión desaparecer del radar. La agencia apunta a que el audio sugiere que hubo «una situación de emergencia súbita a bordo que pilló por sorpresa a la tripulación, por lo que los pilotos no tuvieron tiempo de enviar una señal de socorro». 
Horas después de la tragedia, «Provincia del Sinaí» -la sucursal local del IS, Estado Islámico por sus siglas en inglés- reivindicó a través de un comunicado la acción y la consideró una represalia por el inicio de los bombardeos rusos sobre Siria. «El asesinato diario de decenas de personas en Siria con las bombas que arrojan vuestros aviones solo os traerá calamidades. Así como vosotros matáis a los otros, así también os matarán», decía la nota. 
El texto no explicaba el modo en el que se habría producido el ataque. De hecho, ayer lunes cuentas de Twitter vinculadas con la filial egipcia del IS subrayaron que, en ningún momento, la organización señaló que el atentado se hubiera llevado a cabo con un potente misil tierra-aire. Hasta ahora, expertos en aviación y seguridad han descartado el escenario del misil pero no así el de un sabotaje a bordo. Una posibilidad que no interesa ni a Rusia ni a Egipto. 
«Cuando hay propaganda sobre que el avión se estrelló por culpa del IS, es una manera de dañar la estabilidad y la seguridad de Egipto y su imagen. Créanme, la situación en el Sinaí, especialmente en esta reducida zona, está bajo nuestro total control», ha declarado el ex jefe del ejército y presidente egipcio Abdelfatah al Sisi a la televisión británica BBC en vísperas del viaje que realiza este jueves a Londres. 
En una entrevista concedida a EL MUNDO el pasado abril, Al Sisi también insistió en que no existe una estructura del IS en suelo egipcio. «No acepto esa afirmación de que hay militantes del Estado Islámico en nuestro territorio. Hay elementos terroristas», apostilló.
Ayer lunes el director de Inteligencia Nacional de EEUU James Clapper afirmó a preguntas de los periodistas desde Washington que no existe «ninguna prueba directa aún» de que se trate de un acto terrorista. Interrogado por la capacidad de la filial egipcia del IS para derribar un avión, Clapper señaló que «es poco probable pero no lo descartaría».
Elementos que no son del avión
En Rusia, entre tanto, la agencia de noticias rusa Tass citando una fuente de la investigación ha revelado que se han hallado «elementos que no forman parte del avión» en el lugar del accidente. «Han sido enviados para ser analizados», agregan la información.
Estos fragmentos podrían corresponder a pertenencias de la tripulación o los pasajeros; a desechos sin relación con el vuelo que se encontraran previamente en la escena o elementos de un artefacto explosivo o del «impacto externo» al que se refirió Kogalimavia -bajo la denominación de Metrojet- tras descartar las hipótesis de un error humano o un fallo técnico, consecuencia de una mala reparación del aparato que podría haber provocado un daño en el fuselaje. 
«La tripulación perdió totalmente el control y por eso no hubo un intento de ponerse en contacto e informar sobre la situación», detalló ayer un alto ejecutivo de Kogalymavia Alexander Smirnov. «La única explicación -agregó- es algún tipo de acción exterior». 
Entretanto, las tareas de búsqueda de las víctimas han concluido. El equipo de rescate ha recuperado 196 cadáveres, han informado fuentes gubernamentales egipcias al diario estatal Al Ahram. En los últimos días, aviones del Ministerio de Emergencias ruso han realizado la repatriación de los cuerpos a San Petersburgo, donde se está llevando a cabo la identificación a partir de las muestras de ADN proporcionadas por los familiares.
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