9 consejos para hacer más llevaderos los viajes en avión.

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No puedes dormir. Te duelen las articulaciones. La comida es (en el mejor de los casos) insípida. El aire está demasiado caliente. Y ahora demasiado frío. No sabes dónde poner las rodillas. Y un bebé acaba de romper en llanto.

¿Te resulta familiar?

La mayoría de nosotros hemos experimentado ciertos niveles de incomodidad en un avión. Y si viajas en clase turista en un vuelo transatlántico, no suele ser algo placentero.

Hay razones detrás de ello, por supuesto.

Los aviones modernos suelenvolar a una altura de entre 1.828 y 2.438 metros, lo cual equivale a la altura de una montaña pequeña.

Por eso hay menos oxígeno y los gases se expanden en nuestras cavidades corporales.

También hay otros factores de estrés, como los retrasos en el vuelo, los controles de seguridad, el ruido y las vibraciones a bordo, los cambios de temperatura, la humedad, la falta de espacio y el jet lag.

Pero hay formas de hacer que el viaje mucho más llevadero. Te contamos algunas.

1. Controla el estrés pre-vuelo

Rob Bor, psicólogo clínico en el Hospital Royal Free de Londres, Reino Unido, aconseja preparase con tiempo para el viaje.

«Muchas personas no comprueban la documentación ni conocen sus horarios de vuelo o el aeropuerto al que deben ir», dice Bor.

Lo comprueban todo el mismo día y eso no es suficiente, advierte.

«Escanea tu pasaporte y guárdalo en tu email, por si acaso», aconseja.

2. Elige tu asiento

Elige tu asiento en plataformas digitales como Seat Guru (de Trip Advisor), que utiliza códigos de colores para distintas aeronaves y aerolíneas, aconsejando a los pasajeros los mejores asientos y descartando los que estén muy cerca del baño o no puedan reclinarse, por ejemplo.

Según los expertos, si te sientas cerca de las alas del avión notarás menos las turbulencias.

Y si te olvidaste de elegir tu asiento, pregunta en la puerta de embarque. Puede que haya alguno mejor si el vuelo no va lleno.

3. Viaja ligero

Es importante tener en cuenta la actividad física que implica tomar un vuelo.

Llevar más equipaje del que puedas manejar añade presión y malestar al viaje, explica Richard Dawood, médico especialista en el Centro de Medicina del Viajero (Travel Medicine) de la Clínica Fleet Street de Londres.

4. Come ligero

Ayunar antes de un vuelo de larga distancia hará el jet-lag más llevadero.

Investigadores de Harvard dicen que no comer nada unas 16 horas antes de subir al avión puede ayudar a los viajeros a ajustarse más fácilmente a la nueva zona horaria.

Si prefieres comer algo, no optes por comida grasienta o por fritos.

Y evita las verduras que provocan gases, como las cebollas, el brócoli, la coliflor, el repollo o los fríjoles, además del alcohol y las bebidas gaseosas.

Una vez a bordo, elige comida «saludable, ligera y fácil de digerir, como fruta o ensalada», dice Alwin Van Drongelen, cronobióloga en el Centro Médico de la Universidad VU de Ámsterdam, en Holanda.

5. Bebe agua

En lo que respecta a líquidos, no te pongas límites. Incluso aunque estés en el asiento del medio y tengas que molestar a otros pasajeros para ir al baño.

«(No beber líquidos) es una de las razones por las que las infecciones de vejiga y cistitis son habituales entre las mujeres tras un vuelo de larga distancia, asegura Dawood.

El especialista aconseja beber, al menos, medio litro de agua cada tres horas.

Además, beber alcohol aumenta la deshidratación.

El alcohol no sólo te hará beber más sino que, además, debido a la baja humedad «una unidad alcohol a bordo equivale a dos en tierra», aclara Bor.

6. Respira bien

Los niveles bajos de humedad también afectan nuestra nariz, garganta, piel y ojos, especialmente si usas lentes de contacto.

Las personas con problemas respiratorios o los fumadores corren un riesgo más alto, dice Brian McCrary, director médico en la Clínica de Salud Familiar Glendale, en Scottsdale, EE.UU.

Así que si necesitas un inhalador, no olvides llevarlo a mano.

Si sientes que te falta el aire, ponte un paño húmedo en la cara y respira por la boca.

Otra idea es incluir un spray de agua, un bálsamo labial y una crema hidratante en tu neceser de viaje.

7. Duerme bien

Dormir a bordo puede ser difícil para muchos, especialmente si viajas en clase turista.

Lleva ropa suelta y muchas capas para sobrellevar las temperaturas cambiantes de los vuelos largos, advierte David Gradwell, profesor de Medicina Aeroespacial en el King’s College de Londres.

Lleva también calcetines cómodos y una bufanda, o un gran pañuelo que puedas usar como manta.

También un antifaz de ojos, y no te olvides de la almohada para el cuello.

«Si tu cuello cae para un lado, el flujo de oxígeno se interrumpe y te despertarás, lo cual hará el viaje más incómodo», cuenta Bor.

8. Bloquea los ruidos

Los auriculares con cancelación activa del ruido son una manera agradable (y cara) de bloquear el ruido de los motores y otras distracciones.

Los ruidos de cabina son más intensos que aquellos a los que normalmente estamos acostumbrados y llegan a superar los 80 decibelios en el despegue y en el aterrizaje.

Los niveles de ruido aceptados en ambientes de trabajo se sitúan en torno a los 40 decibelios en una oficina, y 60 en un área de prestación de servicios, indica Brett Molesworth, de la Escuela de Aviación de la Universidad de New South Wales, en Sidney, Australia.

Algunos estudios dicen que el ruido de cabina afecta a nuestra memoria y nos causa fatiga.

En el futuro, tal vez los viajeros puedan ser capaces de dormir mejor con dispositivos como el «sistema de apoyo del sueño» recientemente patentado por Boeing, para dormir en posición vertical, con un cojín, una mochila y una almohada donde podrás apoyar la cabeza y el pecho.

Pero, mientras tanto, si realmente no puedes dormir a bordo, opta por pastillas que se puedan adquirir sin receta, dice Bor. Por ejemplo, melatonina sintética o pastillas para dormir, aunque esto no funciona para todo el mundo.

9. Muévete

Otro problema, especialmente en vuelos largos, es el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP): la formación de coágulos de sangre en las venas que se produce cuando pasamos demasiado tiempo sentados.

Se nos hinchan los tobillos y los pies, y pueden dolernos las piernas.

A veces, esos coágulos pueden extenderse hacia los pulmones, causando dolor en el pecho y dificultad respiratoria, o algo peor.

Si crees que tienes riesgo de sufrir TVP, consulta a tu médico antes de viajar y usa medias de compresión, que favorecen la circulación de la sangre.

Mantenerte en movimiento para evitar los coágulos de sangre puede ayudar, afirma Michael Bagshaw, profesor de medicina de aviación en el King’s College de Londres.

Y no coloques equipaje en el asiento delantero: reduce tu posibilidad de mover las piernas.

Puede que todos estos consejos parezcan excesivos, pero no hay que subestimar los efectos de volar miles de kilómetros en un tubo estrecho y a presión.

Fuente: BBC

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