Así sería el taxi volador de Airbus.

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El gigante aeroespacial europeo Airbus ha develado, poco a poco, en qué consiste el ambicioso proyecto Vahana, que desarrolla en Silicon Valley. Se trata de un avión no tripulado para pasajeros, que aspira agregarle un componente vertical a la forma de desplazarse de un lugar a otro.

Piense en taxis aéreos que funcionen como Uber y puedan vencer el tráfico en la Autopista 101, sobrevolando los carros.

Airbus compartió algunos pocos detalles sobre esta aeronave a través de un blog, donde se conocieron sus primeras representaciones conceptuales.

Los dibujos muestran un avión que puede despegar y aterrizar de manera vertical. Tiene unos pilares muy parecidos a los de los helicópteros y dos pares de alas inclinadas, cada una con cuatro motores eléctricos. Hay espacio para un pasajero bajo una cubierta retráctil, como el visor del casco que se usa para montar en moto.

Airbus, rival del ícono estadounidense Boeing, es bien conocida por sus aviones enormes, como el jet de dos pisos A380. Pero también ha invertido gran cantidad de dinero en el futuro y mantiene una ventaja que la mayoría de nuevas empresas de aviación con conceptos radicales no tienen: experiencia y músculo financiero.

La compañía está desarrollando Vahana a través de su unidad A3, que abrió sus puertas oficialmente este año en San José, el corazón de la comunidad tecnológica en California. Airbus hizo una inversión inicial de 150 millones de dólares para esta nueva unidad de emprendimiento, que busca invertir en tecnologías disruptivas, que aceleren la innovación aeroespacial.

“El avión que estamos construyendo no necesita pista de aterrizaje, es autopilotado y puede detectar de manera automática obstáculos y otras aeronaves, así como evitarlos”, escribió en septiembre pasado el director ejecutivo de A3, Rodin Lyasoff.

Según él, la idea es poner a volar un prototipo del llamado taxi volador con su tamaño real para el final del próximo año y, eventualmente, ponerlo a la venta en el 2020.

Seguramente, el uso comercial o de pasajeros de una máquina como estas enfrenta varios obstáculos, incluyendo la ausencia de estándares establecidos para aviones eléctricos y para cualquier aeronave que no necesite tripulación.

Airbus no es la única industria que está explorando nuevas formas de movilidad. Las fábricas automotrices Toyota y Honda han buscado expandirse al mundo de la aviación. Honda lanzó su primer jet privado en en el 2015, después de tres décadas de desarrollo de nuevas tecnologías aeroespaciales.

Airbus está tratando de pegar fuerte en un campo incipiente todavía, pero de muy rápido crecimiento: el del uso de la tecnología de propulsión eléctrica que funciona a través de baterías para permitir la prestación de servicios por encargo.

En este caso, la idea está enfocada en taxis aéreos que usen “vías aéreas urbanas de una manera predecible y controlada”, escribió Lyasoff.

Airbus anunció el año pasado que uno de sus primeros proyectos en A3 será en colaboración con Uber, para probar un nuevo modelo de negocio para los operadores de helicópteros.

La NASA también está invirtiendo fuertemente en investigar en tecnologías de propulsión eléctrica y planea volar su primer modelo, el X-57, en el 2018.

Por supuesto, los taxis aéreos que no tienen pilotos plantean algunos problemas difíciles de resolver. Airbus asegura que una tecnología de “prevención y sentido” será utilizada para evitar choques en el aire, así como un paracaídas a prueba de balas se desplegará cuando los motores del avión no funcionen.

Airbus separó de manera intencional su unidad A3 del resto de sus operaciones de fábrica en Europa, China y Estados Unidos.

Fuente: CNN

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