Durante los últimos años China se ha transformado es un preciado destino para los viajeros internacionales y prueba de ello es que durante 2016 la nación asiática recibió poco más de 24 millones de extranjeros, lo que significó en un aumento del 22% en comparación a igual periodo del año anterior.
Esta tendencia al alza debería continuar los próximos años, según los expertos, quienes auguran una mayor apertura del gigante asiático debido a su crecimiento económico y descentralización, lo que se traducirá en mejores condiciones para el arribo de turistas extranjeros que ven en este país un perfecto destino que visitar, no solo por ser cuna de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, sino también por su atractiva cultura, exótica gastronomía, bellos escenarios naturales y potente actividad económica.
De ahí que las autoridades del país han dado luz verde a la construcción de lo que será el aeropuerto más grande del mundo y que estará emplazado en las cercanías de la ciudad capital, Beijing, cuyo principal terminal aéreo ya trabaja a máxima capacidad.
Nuevo Aeropuerto para Beijing
Y no es extraño que el proyecto se ubique cerca de esta metrópolis, ya que además de tener algunos de los monumentos más espectaculares de China también es el centro neurálgico de la potente actividad económica que vive ese país.
En el Departamento de Destinos Lejanos de COCHA comentan que esta ciudad destaca por combinar a la perfección las construcciones modernas con antiguos edificios.
“Beijing es una ciudad llena de contrastes, donde se puede apreciar cómo se mezcla la arquitectura tradicional de China con grandes y modernos edificios. Además, en esta ciudad están ubicados algunos de los atractivos más populares de China, como la Ciudad Prohibida, la Gran Muralla China, la Plaza de Tiananmén, entre otros”, dicen en la agencia de viajes.
Esta llamativa oferta para los turistas explica, en parte, la importancia del ambicioso proyecto del nuevo terminal aéreo cuya primera etapa estará finalizada y operativa en 2019 con cuatro modernas pistas.
Las instalaciones prestarán servicio a 45 millones de pasajeros al año, cifra que aumentará a más de 100 millones cuando estén finalizadas las dos últimas etapas que contempla la propuesta original.
Una vez que eso ocurra, el aeropuerto no solo será el más grande del mundo en extensión, sino que además será uno de los más activos de todo el orbe igualando el Hartsfield-Jackson de Atlanta, que es considerado uno de los más dinámicos con respecto a la entrada y salida de pasajeros.
El terminal aéreo se construye al sur del distrito Daxing y fue pensado para responder a la creciente demanda de rutas comerciales, tanto locales como internacionales, sirviendo además de base de operaciones para las aerolíneas China Southern Airlines Group Corporation y la China Eastern Airlines Group Corporation, tal como lo informó la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China.
Un portavoz del equipo a cargo del proyecto explicó que por el momento los esfuerzos apuntan a construir un aeropuerto que permita a futuro satisfacer la creciente demanda de viajeros y no quedar sobrepasados como ocurre actualmente con el Aeropuerto Internacional de Pekín.
Recordó que cuando el citado terminal aéreo fue construido ostentaba con ser uno de los más grandes del orbe y hoy ya opera más allá de su capacidad prevista. En términos arquitectónicos se dijo que el nuevo aeropuerto de Pekín tendrá modernos e innovadores diseños en sus espacios interiores donde habrá zonas para satisfacer las necesidades de los pasajeros como áreas de comercio, bellos jardines cívicos, lugares de comida y corredores interconectados que permitirán el fácil traslado de un punto a otro del complejo.
El nuevo terminal aéreo también contempla la construcción de una estación de ferrocarril de alta velocidad que los pasajeros podrán utilizar para ir del centro de la ciudad hasta el aeropuerto.
Fuente: El Mercurio
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