Ni clase turista ni primera clase, el negocio de las aerolínea está en la clase ejecutiva.
El sector de las aerolíneas ha visto en la clase ejecutiva, a mitad camino entre la primera y la turista, un nicho de negocio a explotar. Compañías como British Airways con su ‘Clase de Club’, Qatar Airways con sus Quites o la española Iberia con su nueva clase Turista Premium han comenzado a ofrecer un nuevo espacio más amplio con butacas más cómodas y con servicios más exclusivos.
Esta nueva sección de los aviones está viviendo un repunte porque se trata de una opción que al requerir menos gastos que la primera clase y permitir más asientos por avión es más rentable para las compañías aéreas. Además, las nuevas propuestas tecnológicas están surtiendo al mercado de nuevas butacas para estas plazas ejecutivas.
Un ejemplo es la butaca Waterfront que presentaron las compañías B/E Aerospace y Panasonic durante el Consumer Electronics Show del pasado año. Esta propuesta, que espera llegar a los aviones en 2019, tiene el objetivo de personalizar al máximo la experiencia en vuelo.
Cada pasajero pondrá controlar a través de su móvil la posición del asiento, la iluminación ambiental o la temperatura de la butaca. También, se podrá pedir comida y bebidas a la tripulación, acceder a contenidos audiovisuales o la creación de listas de reproducción. E incluso iluminar un cartel de no molestar o llamar al personal de a bordo.
La otra ventaja de este nuevo sistema es que la configuración personalizada de cada pasajero quedaría almacenada y se podría reproducir en cualquier otra butaca Waterfront de cualquier otro vuelo o aerolínea.
Fuente: El Economista
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