La aerolínea Mexicana de Aviación cesó operaciones el 28 de agosto de 2010. A partir de esta fecha, la empresa suspendió sus vuelos y se declaró en concurso mercantil, un proceso que llegó a su fin después de que la justicia la declarara en quiebra el 4 de abril de 2014. De esta manera, la emblemática aerolínea, cuya fundación se remonta hasta la década 1920, abandonó por completo el sector de la industria aérea.
En su momento de mayor apogeo, Mexicana de Aviación tuvo sus oficinas principales en la actual Torre AXA México, localizada en la Colonia del Valle, en la Ciudad de México. Sus operaciones incluían vuelos dentro de la República, así como conexiones con el norte, centro y sur de todo el Continente Americano. La empresa también ofrecía vuelos al Caribe y Europa, principalmente, a España e Inglaterra.
La aerolínea fue fundada por Lody A. Winship, Elmer Hammond y Harry Lawson, así como por Ignacio S. Szymanski. Tras ampliar sus operaciones después de mediados del siglo pasado, el Gobierno Federal procedió a su nacionalización en 1980. Mexicana de Aviación tenía un puesto preponderante, tras figurar como la tercera empresa aérea más antigua de todo el mundo, solamente por detrás de KLM y Avianca.
El declive de la firma comenzó en la década de los 1990, después de que el Gobierno decidiera vender su participación mayoritaria, un episodio que también coincidió con la remoción de Don Manuel Sosa de la Vega. De acuerdo con varios especialistas, las malas decisiones tomadas en los últimos 30 años condujeron a la quiebra a una de las compañías más emblemáticas en la historia del país.
Aunque se presentaron varias propuestas para su rescate, por parte de grupos como Advent International, PC Capital, TG Group, Avanza Capital, Jeque Árabe de Emirates, Altus Prot, Med Atlántica, Union Swiss, Ixe, Germán Efromovich, BMC Financial, Iván Barona y Fides Financial, no se concedió el permiso para hacerlo presuntamente por la falta de solvencia.
La quiebra de Mexicana y la crisis laboral
Cuando cesó operaciones, la aerolínea tenía activos por 786 millones de dólares y una deuda de 864 millones, la cual se encontraba repartida en 27 mil acreedores. En tanto, el adeudo a sus empleados ascendía conjuntamente a cuatro mil 500 millones de pesos en el 2010. Al momento de su entrada en concurso mercantil, sus bienes sumaban mil 616 millones, lo que solo representaba el 16 por ciento de la deuda empresarial.
La debacle de Mexicana de Aviación vino acompañada de un fortalecimiento de las empresas rivales, tales como Aeroméxico, Volaris e Interjet, que lograron aumentar su afluencia y se instalaron como los grandes protagonistas de la industria aérea en México, un escenario que continúa hasta la actualidad.
Ante la inminente muerte de la empresa, se especuló sobre la posibilidad de que el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, rescatara y reasumiera el control. Sin embargo, las autoridades consideraron que este plan resultaba inviable debido a los elevados costos y pasivos de la firma.
El último vuelo de Mexicana de Aviación se llevó a cabo el 28 de agosto de 2010, una conexión entre la Ciudad de México y Toronto, Canadá. Entre múltiples pleitos legales y deudas nunca pagadas a los ex trabajadores, acabaron las operaciones de la empresa que había surcado los cielos por casi 90 años.
Fuente: Sexenio
Foto: Rodolfo García López – Aviation Photography of Mexico
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