Ryanair avanza con paso firme en su plan de seguir creciendo en España, Alemania e Italia, donde aspira a liderar el tráfico aéreo de los principales aeropuertos. Tras firmar un acuerdo con Air Europa para alimentar sus vuelos de largo radio, Kenny Jacobs, director general de marketing de Ryanair y su número dos de facto, ha anunciado que la aerolínea extenderá sus operaciones en Madrid con nuevas rutas para el verano de 2018, por lo que gestionará un total de 55.
Así, Ryanair espera transportar 7,3 millones de pasajeros al año desde y hacia la capital, lo que implica un crecimiento del 9 por ciento. Además de Barajas, Jacobs, que ha alertado sobre la necesidad de diversificar el turismo ante la oleada de turismofobia de Barcelona, ha anunciado que van a reforzar su oferta en El Prat, Reus, Gerona, Sevilla o Mallorca, entre otros aeropuertos, hasta transportar 40 millones de pasajeros.
Además del crecimiento orgánico en España, Ryanair ha entrado de lleno en la puja por el negocio de corto radio de Alitalia para potenciar su peso en Roma, donde no es la principal aerolínea, una estrategia que quería repetir en Alemania con la compra de parte de Air Berlin. La firma se ha quedado fuera del proceso porque, según denuncia, el Gobierno de Angela Merkel «no ha sido transparente».
En este punto, Jacobs ha tachado de «amaño» la venta de la firma a Lufthansa. La quiebra de estas dos míticas compañías aéreas, junto al Brexit, han marcado un verano movido en el sector, que está muy lejos de terminar y que se puede complicar con el alza del crudo y si no se despeja el futuro de Reino Unido, asegura Jacobs en una entrevista con este diario.
Tras la caída de Air Berlin y Alitalia, ¿se esperan nuevas quiebras en el sector en el corto plazo?
Sí. El precio del combustible está subiendo y compañías como Norwegian ya han revisado a la baja sus previsiones. Las aerolíneas medianas tienen cuestionada su supervivencia y si el crudo llega a los 70 dólares el barril muchas tendrán problemas. La industria espera que, en los próximos 18 meses, dos o tres aerolíneas desaparezcan. La tendencia del sector es a la concentración y en pocos años cinco compañías tendrán casi todo el mercado.
Además de la ‘guerra de precios’ y el alza del crudo, el sector tiene en el horizonte muchas amenazas e incertidumbres como los ataques terroristas, el Brexit o el movimiento independentista de Cataluña. ¿Cómo han afectado o están afectando al negocio?
La salida de Reino Unido de la Unión Europea es el acontecimiento que más incertidumbre está generando en el sector. Las negociaciones se están retrasando, la UE aboga por un Brexit duro y las aerolíneas francesas y alemanas se niegan a cualquier tipo de acuerdo. Si no se mantiene Reino Unido en el acuerdo de cielos abiertos, a partir de abril de 2019 se quedará unas semanas o meses sin vuelos con la UE… Estamos pensado en vender billetes con advertencias para esas fechas, por si no se puede realizar el vuelo.
España va camino de cerrar otro año de récord en el turismo y Ryanair va a poner más capacidad en 2018 ¿La buena racha de España como destino turístico terminará?
Este año será de oro para el turismo en España, pero la buena racha está cerca de acabarse, porque Grecia vuelve a repuntar como destino al ser mucho más barato. Los hoteles están demasiado caros y la gente busca otras alternativas, entre las que también están Turquía o Portugal. Nosotros estamos creciendo en Grecia por la fuerte demanda.
Ryanair acaba de anunciar un cambio en la política de equipajes y cobrará a los pasajeros que quieran llevar dos bultos en cabina. ¿Están buscando nuevas vías para diversificar más los ingresos ante la política de tarifas bajas?
Los ingresos extra o ancillaries están creciendo significativamente y nuestro objetivo es que siga así. En los próximos cinco años nuestra principal vía de ingresos serán los servicios extra, en vez de la venta de billetes. Con una tarifa media de 41 euros y un coste por asiento de 43 euros, incluido el combustible, Ryanair no gana dinero con la venta de billetes. Nuestras apuesta está en dividir el producto para que cada cliente pague lo que necesite. El objetivo es vender cada vez más maletas facturadas, más elección de asientos, más embarques prioritarios, más comida a bordo; potenciar el alquiler de coches, la reserva de habitaciones de hotel…
Ryanair insiste en que quiere comprar Alitalia, pero hace unos meses decía que no. ¿Qué ha cambiado?
Nosotros queremos partes concretas de Alitalia. Solo queremos pujar por su negocio de corto radio y no todo. Tenemos especial interés en sus rutas desde Roma, en hacernos con 90 aviones de corto radio, los pilotos, la tripulación y los ingenieros. El largo radio no nos interesa, aunque sí buscamos firmar alianzas con la compañía que compre la línea de negocio para alimentar sus vuelos, como con Air Europa. Para terminar de cerrar la compra de una parte de la compañía, el Gobierno de Italia tiene que llevar a cabo un ajuste de salarios y costes. Si no lo hace, si se repite la historia y no sanea la aerolínea, ninguna firma querrá pujar.
Por África Semprún – El Economista
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