Una investigación llevada a cabo por la universidad de Dayton (EE.UU.) ha comprobado que, en la eventualidad de una colisión entre un dron pequeño y una aeronave de gran tamaño, esta última no siempre resultará ilesa del impacto sino que podría sufrir daños graves en su estructura.
Para el experimento utilizaron drones DJI Phnatom 2 y el ala derecha de un avión Mooney M20. Además, usaron un cañón de aire que tiene 30 centímetros de diámetro y un peso de 1,27 toneladas, que dispara objetos a gran velocidad mediante aire comprimido.
El dron fue lanzado a una velocidad de 380 kilómetros por hora e impactó en el ala provocando la perforación de la estructura.
Por La Tercera – RT
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