Cómo Airbus se inspira en los albatros para revolucionar la aviación.

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La tecnología siempre se inspiró en la naturaleza para progresar. Desde las quillas de barcos que imitan al cuerpo de los peces a sistemas de visión que copian los múltiples ojos de insectos. Y ahora Airbus mira con detalle a los albatros para diseñar una nueva generación de alas.

El fabricante europeo ha probado con éxito el AlbatrossOne, un avión a control remoto, con un fuselaje similar al del A321. Este modelo cuenta con una estructura alar similar al de estas aves, que tienen la mayor envergadura del reino animal.

El nuevo concepto se llama ‘bisagra semi-aeroelástica’, que permite reducir la resistencia aerodinámica y el peso total del ala, además de encarar mejor las turbulencias y las ráfagas de viento.

Pero para saber cómo funciona, antes conviene analizar cómo vuela un albatros.

Así vuela un albatros

Esta ave tiene alas largas y estrechas, con una relación aerodinámica de 1:22, que significa que puede volar hasta 22 metros pero perdiendo solo un metro de altura.

Para poder sostenerse y aprovechar las corrientes térmicas esta ave marina usa los tendones de su hombro, que se pueden estirar y fijan las alas. De esta manera evita el derroche de energía en su vuelo.

El animal mantiene las alas fijas mientras planea, pero sus puntas pueden desviarse hacia arriba o abajo para aprovechar las ráfagas del viento. Así reduce la presión sobre sus extremidades e incrementa la estabilidad del vuelo.

Cómo funciona el AlbatrossOne

Precisamente, el AlbatrossOne, construido en fibra de vidrio y carbono, tiene la base de sus alas fija, pero durante el vuelo pueden moverse para aprovechar las corrientes de aire.

Este sistema ya se había probado en aviones militares, pero en el caso de Airbus es la primera aeronave que mientras vuela “modifica la disposición de las puntas de las alas de forma libre para aliviar los efectos de las ráfagas de viento y turbulencia”, explicó el ingeniero Tom Wilson.

Análisis de las alas

El modelo AlbatrossOne explorará los beneficios de las puntas de ala que se pueden desbloquear y batir libremente.

Según detalló Wilson, este sistema se encuentra a lo largo de un tercio de la longitud del ala, “para reaccionar de manera autónoma durante la turbulencia en vuelo y disminuir la carga en su base”.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de ingeniería de Airbus, Jean-Brice Dumont, explicó que al permitir que las puntas de las alas puedan reaccionar y flexionarse ante las ráfagas de aire se reducen las cargas.

“Eso nos permite hacer alas más ligeras y largas”. ¿Y para que sirve eso? “Cuanto más larga es la ala, menor es la resistencia que genera, por lo que potencialmente hay una mayor eficiencia de combustible para explotar”, detalla.

O sea, si en el futuro los aviones vuelan más estables y consumen menos, habrá que agradecer al albatros por su sabia aportación.

Por Juan Pedro Chuet-Missé – Cerodosbe

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