Obsoleto y Problemático: Así ve Air France al Airbus A380.
El gigante de los cielos, el mismo que un día asombró al mundo y que muchos definieron como adelantado a su tiempo, es hoy una pesada losa para las aerolíneas que lo operan. Air France define sus A380 como «problemáticos» y «obsoletos» y, antes de invertir los más de 300 millones de euros que harían falta para renovar sus cabinas, apostará por retirar los diez que posee en su flota antes de 2022.
No es un secreto el idilio que mantienen Air France y Airbus. Operadora de prácticamente todos los modelos del fabricante europeo, la aerolínea sin embargo es una de las más descontentas con el rendimiento del A380 que, según el consejero delegado del grupo Air France-KLM, Benjamin Smith, sufre más anulaciones y retrasos que otras aeronaves en las mismas rutas.
El objetivo sería ganar flexibilidad operando modelos más pequeños, entre los que estarán el A220, del que la aerolínea adquirió 60 aparatos el pasado mes de julio, con opción a otros 30 más, con los que espera alcanzar una flota de 120 unidades del más pequeño de la familia de Airbus, heredero de los CS100 y CS300 de la canadiense Bombardier.
El movimiento, además, responde también a criterios de otra índole. Y es que según Smith ayer en la en la presentación a los analistas de su plan estratégico para los próximos cinco años, harían falta decenas de millones de euros para renovar las cabinas -como ya han hecho Qantas o Singapore- y ofrecer un producto con una calidad equivalente al suyo.
“Siempre ha sido problemático”
Air France ya había anunciado la eliminación gradual de sus diez A380 pero ahora su directora general, Anne Rigail, explica cómo un avión que iba a revolucionar la aviación cuando se lanzó en 2007 como estrella de la flota de Singapore Airlines quedó obsoleto en apenas diez años de vida.
En una entrevista concedida a AirlineRatings durante el vuelo inaugural del A350 entre París y Toronto, Rigail señaló al Airbus 350 -considerado hoy el avión más moderno del mundo- y el Boeing 787 Dreamliner “hicieron que el A380 fuese totalmente obsoleto, demasiado caro, demasiado grande”.
Además, y desde un punto de vista operativo, “siempre ha sido un avión muy difícil”, añadió Rigail, en el sentido de que tienen necesidades muy específicas, como un equipo de rampa concreto, pistas y calles de rodaje, elementos de embarque… Además de formación específica para todos los operarios y otros problemas de su estructura y motores.
No todo y no siempre fue negativo, añadió Rigail. Así, “cuando el A380 llegó a Air France en 2009 reemplazó a dos tipos de aviones por lo que, desde el punto de vista de los costes, no fue tan malo”.
Sin embargo, con una eficiencia similar y con mucha menos capacidad y más flexibilidad, el A350 y el B787 pueden colocarse en cualquier ruta. “El A380 ya no es útil”, concluye la directiva.
Un avión que emocionó al mundo
No pudo negar Rigail que es un avión que emocionó -y aún emociona a los pasajeros-. Sin duda, “es hermoso. Me gusta ver el A380 cuando despega por la mañana”.
Incluso reconoció sentir tristeza por la suspensión del programa del avión por parte de Airbus. Aunque, en el plano de los costes, es inflexible: “la inversión para las mejoras de cabina es enorme: nos costaría 35 millones de euros por avión”. En total: 350 millones de euros.
Aunque en el pasado la compañía se planteó estas renovaciones, ahora considera “más beneficioso” contar con aparatos de nueva generación.
Nueva flota
Respecto a su flota en el futuro, Rigail señaló que, en el medio alcance, apostarán de forma clara por el A220, que supondrán hasta la mitad de la operativa. La otra mitad serán A320 y A321 de los que ya poseen. Preguntada sobre qué modelos sustituirán a estos “está todavía en el aire”, explicó, aunque reconoció que el A321XLR es una opción.
“Sabemos que es un avión fantástico. Puede traer una nueva propuesta de mercado” detalló, pero “no es una prioridad a corto plazo”.
Y es que con un programa para la renovación de la mitad de su flota para 2025 y lo que supone en cuanto a inversión, la aerolínea se enfrenta a una gran presión, por lo que se centrará en reducir costes fijos, y todo ello en medio de un proceso global de transformación, que afecta desde a procedimientos hasta a cultura empresarial.
Por Cerodosbe
Foto: Philipp Schutz
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