¿Por qué Warren Buffett ha pasado de burlarse de las aerolíneas a comprar sus acciones?
Las aerolíneas se han convertido en estrellas de los mercados. Estas empresas han pasado de ser ‘patito feo’ (y el objetivo de las mofas de Warren Buffett) en el mundo de las inversiones a alcanzar precios nunca vistos, como muestran los índices del sector. Las firmas de vuelo son el reflejo de la concentración de poder que se está produciendo en el mundo de los negocios y que está fomentando la creciente desigualdad de la riqueza. La consolidación en el sector ha permitido que las aerolíneas logren vastos beneficios reduciendo costes y haciendo muchos procesos más eficientes.
Warren Buffett en 2007
Hace poco más de diez años, el prestigioso inversor Warren Buffett escribía en su carta para los inversores de Berkshire Hataway en 2007: «Pensad en las aerolíneas. Aquí, una ventaja competitiva duradera que ha demostrado ser esquiva desde los días de los hermanos Wright. De hecho, si un capitalista con visión de futuro hubiera estado presente durante el vuelo del Kitty Hawk (la primera máquina voladora), habría hecho un gran favor a sus sucesores si hubiera derribado a Orville». Orville Wright fue el hermano que estuvo a los mandos de la primera nave que logró mantenerse en el aire, aunque solo fuera durante 12 segundos.
Sin embargo, doce años después, Buffett tiene importantes posiciones en aerolíneas. La situación ha cambiado de forma radical. Estas empresas ahora son rentables, ganan cientos de millones cada año gracias a la concentración, el uso de sinergias, la reducción de rutas, la contención salarial y a un petróleo ‘barato’ y estable.
Conor Sen, columnista de Bloomberg y gestor de fondos de inversión, explica que la industria de las aerolíneas se encuentra hoy en su momento más rentable. Los precios de las acciones de estas firmas están en máximos o cerca de ellos, pese a que los ecologistas tienen al sector en el punto de mira por las elevadas emisiones de Co2 de los aparatos. Aunque esto puede afectar a las rutas más cortas parece poco probable que ocurra lo mismo con las más largas.
El tortuoso camino de la industria
Históricamente, las aerolíneas han sido un sumidero de dinero. «La industria tuvo dificultades en las décadas de 1970 y 1980, en medio de los altos costes del combustible, y la de 2000 fue sencillamente desastrosa, tanto por el declive en los viajes tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 como por la Gran Recesión. Las aerolíneas estadounidenses tuvieron pérdidas de más de 50.000 millones de dólares durante la década».
Con la industria al borde del colapso, los reguladores permitieron que estas firmas pasases de 10 aerolíneas a solo cuatro. «Tras las reestructuraciones y las fusiones, estas firmas reescribieron contratos de trabajo, eliminaron algunas rutas poco rentables y recortaron deuda. La reducción de la competencia y de los costes, justo cuando la economía empezaba a recuperarse, permitió a las compañías empezar, por fin, a ganarse su sustento y recompensar a los inversores», explica Sen en una columna de Bloomberg.
A todo lo anterior hay que sumar un entorno de tipos de interés muy bajos, que han hecho que la deuda sea manejable, junto al ‘boom’ del turismo, cada vez una parte más importante del gasto de los hogares en casi todo el mundo. «Finalmente, en 2014, los precios del petróleo colapsaron, lo que proporcionó a las aerolíneas costes más bajos y estables de una manera que jamás se habrían imaginado. De repente, una industria reconocida por perder dinero en buenos y malos tiempos estaba cosechando ganancias como ninguna otra. Buffett pasó de burlarse de las acciones de las aerolíneas a comprarlas».
Los inversores ganan dinero con las aerolíneas a espuertas. Sin embargo, la reducción de rutas y la contención salarial ha tenido efectos negativos para trabajadores y algunas ciudades. En el caso de EEUU, Sen destaca que «para una aerolínea puede tener sentido desde el punto de vista financiero cerrar un centro que pierde dinero, pero para Memphis, Tennessee, significó que el tráfico de pasajeros en su aeropuerto local cayera 60% entre 2010 y 2014. La historia fue similar para el Aeropuerto Internacional de Cincinnati/Kentucky del Norte cuando perdió su estatus de centro. La pérdida de centros y rutas de vuelo tiene un impacto directo en la economía de una ciudad»
«Ahora que las fortunas financieras de las aerolíneas han mejorado, sería conveniente que el gobierno negociara con ellas el restablecimiento o el incremento del servicio para las regiones o grupos cuyas rentas se hayan visto perjudicadas», asegura el columnista de Bloomberg.
Las aerolíneas y sus inversores deberían celebrar su buen momento, pero también darse cuenta de que ha llegado la hora de devolver a la sociedad lo que le quitaron en su día.
Por El Economista
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