Consejero delegado del Grupo IAG arremete contra el ‘duopolio’ de Airbus y Boeing.
El todavía consejero delegado de IAG (British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus, LEVEL), Willie Walsh, ha arremetido contra el duopolio formado por Airbus y Boeing en un momento en el que ambos fabricantes están teniendo serios problemas para cumplir con sus compromisos de entrega de aviones.
«Necesitamos una fuerte competencia entre los fabricantes de aviones, solo tenemos dos en realidad y creo que hemos visto una situación en la que tanto Airbus como Boeing se han vuelto autocomplacientes, poco críticos consigo mismos», aseguró Walsh en el CAPA Summit, una reunión de aviación celebrada en Doha.
Los problemas son más graves en el caso de la compañía norteamericana ya que, además de la crisis de 737 MAX, en tierra desde marzo tras sufrir dos accidentes, la compañía afronta serios problemas con los motores del 787 Dreamliner, cuya demanda ha caído tanto que el ritmo de producción se va a reducir de 14 a 10 al año. A su vez, registra retrasos en las entregas de los 777, lo que ha hecho a Emirates cambiar el pedido por los 787.
Por su parte, Airbus tiene problemas con la producción de A321neo, afectando los planes de crecimiento de las aerolíneas. El presidente del fabricante europeo, Guillaume Faury, que están trabajando en «estabilizar sus retrasos» y no espera volver a la normalidad hasta 2021. En 2018, Airbus también acumuló retrasos en la entrega de los A320 neo por problemas con los motores.
«Los grandes problemas de Airbus con la producción del A321neo en Hamburgo no solo son molestos para nosotros, sino que están afectando nuestra operación, particularmente con Aer Lingus», señaló en este sentido el alto ejecutivo de IAG, que dejará el grupo en marzo, cuando será sustituido por Luis Gallego (Iberia).
Desde que Airbus comprara el programa de reactor regional de Bombardier, el CSeries, las dos compañías concentran prácticamente toda la producción de aviones comerciales de gran capacidad está concentrada en ambos fabricantes, que se reparten casi todo el mercado a la espera de que China comercialice su avión C919 de corto y medio radio. La dependencia del sector de estas dos cotizadas es tan elevada que es casi imposible que las aerolíneas afectadas por la crisis del 737 MAX, que ha dejado de fabricarse, consigan en el mercado comprar otros modelos por la falta de oferta en el mercado.
Así, tal y como explicó Ryanair, no pueden ni plantearse pasarse a los Airbus porque no conseguirían uno hasta dentro de diez años, que es la lista de espera que tiene el fabricante para la familia A320.
Por África Semprún – El Economista
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