El sector turístico y de las aerolíneas, uno de los más castigados por la crisis del coronavirus tienen como horizonte el 1° de septiembre para tratar de salvar su fuente de ingresos y empleo. Desde abril esa la fecha anunciada para la reactivación de los vuelos internacionales y de cabotaje: pero a medida que se acerca lo único seguro es la incertidumbre.
Desde la ANAC -el organismo que regula la aviación civil en la Argentina- advierten que el 1S es solo la fecha en que vencen las limitaciones para comercializar vuelos, consecuencia del decreto presidencial. En otras palabras, no hay tanta certeza de que las aerolíneas puedan volver a despegar a partir del 1° de septiembre, más allá de vuelos excepcionales, como los de Aerolíneas Argentinas o los de Air France y KLM a Europa durante agosto.
A pesar de este mar de dudas, muchas aerolíneas se está preparando para operar apenas empiece septiembre, aunque con menos frecuencias y rutas, otras directamente no volverán al país y algunas aterrizarán nuevamente en la Argentina cuando consideren que es comercialmente viable.
Como se sabe, no volverán a operar en la Argentina Air New Zealand, que había desembarcado en Buenos Aires -su puerta de entrada a Sudamérica- con bombos y platillos en diciembre de 2015. «No esperamos que este mercado se recupere rápidamente», comentó Nick Judd, Jefe de Alianzas, Estrategia y Network de la compañía, allá por el mes de abril.
Pero la salida más estrepitosa fue la de Latam. El grupo se puso bajo la protección del Artículo 11 de la ley comercial de Estados Unidos y anunció el cierre de su filial argentina. La compañía ya no volará internamente pero seguirá llegando al país con vuelos desde San Pablo, Lima y Santiago de Chile. Los voceros advierten que cada una de esas rutas dependerá de las filiales nacionales del mayor grupo aéreo latinoamericano. Durante un primer tiempo, Latam se concentrará en Buenos Aires y eventualmente regresará a otras ciudades del país. Las frecuencias serán pocas al inicio para ir ganando en volumen a medida que se restablezca la demanda.
Las low cost, listas para el despegue, aunque con menos rutas
Así como las fechas son inciertas, las cifras también lo son. IATA, el organismo que agrupa a la mayoría de las compañías aéreas, actualiza constantemente sus datos y proyecciones. Hace menos de un año esperaba que 2020 fuera récord para sus asociados; ahora, sus últimas estimaciones advierten que la recuperación será más lenta de lo previsto y que no se volverá a niveles de tráfico aéreo de 2019 antes de 2024: en síntesis, la caída será de 63% a nivel mundial.
Flybondi y JetSmart, las low cost que operan en el país, durante estos meses sin actividad pusieron en marcha completos protocolos de seguridad sanitaria. Entre otros filtros HEPA, abundancia de geles, turnos reforzados de limpieza y conductas que serán estrictamente controladas tanto en tierra como en vuelo: aseguran así que será mucho más seguro viajar en avión que en micro.
Mauricio Sana, CEO Interino y CCO de Flybondi, dice que «estamos preparados para iniciar nuestros vuelos a partir de septiembre. Serán operaciones reducidas porque el mercado mismo tendrá una demanda reducida, que estimamos en un primer tiempo en un 30% del volumen habitual». Lo positivo es que la compañía, que tuvo un crecimiento exponencial desde su creación, espera ya alcanzar el 85% de sus capacidad a fin de este año «siempre y cuando se empiece a trabajar en septiembre», precisa Sana: «La reactivación podría ser rápida. Lo muestra una acción que lanzamos en julio y tuvo excelentes resultados».
Estuardo Ortiz, CEO de JetSmart, adelantó desde Chile que su empresa ya está en condiciones de hacer despegar parcialmente su red doméstica a partir del 1° de septiembre. Como las demás, recuperará el máximo de su capacidad poco a poco. Pero en un primer tiempo volará de Buenos Aires a Salta, Córdoba, Mendoza, Iguazú, Neuquén, Bariloche y Tucumán. Y antes de fin de año quiere empezar a relanzar rutas interprovinciales como Salta-Neuquén, Salta-Iguazú, Mendoza-Bariloche o Córdoba-Bariloche. También volverá a Ushuaia desde Buenos Aires.
Mauricio Sana, de Flybondi, descarta rutas internacionales durante la primera fase de reactivación. Antes de la crisis sanitaria la low cost volaba a seis destinos fuera del país. Ahora los volvería a visitar a partir de noviembre y diciembre, también de manera progresiva. Su par en JetSmart, Estuardo Ortiz, aprovechó la salida de Latam para mirar hacia Lima, cuyo aeropuerto se consolida como un hub regional cada vez más importante. Las capitales de Perú y de Chile serán los dos destinos internacionales de la empresa, en una segunda instancia.
Aerolíneas Argentinas y Andes
En Aerolíneas Argentinas también están preparados, tanto en materia de protocolos de seguridad sanitaria como en la parte operativa para empezar a volar de manera regular a varios destinos de su red habitual, aunque sin adelantar ninguna fecha concreta ni develar cuáles serán esos primeros destinos. Durante recientes operaciones comerciales, la empresa confirma haber vendido la mayor parte de sus próximos pasajes a Bariloche, Ushuaia, El Calafate, Mendoza e Iguazú, principalmente para el verano 2020/2021 y en menor medida para el período septiembre-octubre.
En cuanto a Andes, la pionera de los vuelos alternativos en tiempos de la dualidad Aerolíneas Argentina/Austral – Latam, si bien tuvo un período de fuerte expansión al inicio de la ya caduca Revolución de los Aviones, volvió muy rápidamente a su núcleo inicial: vuelos a Salta y Puerto Madryn esencialmente y charters nacionales e internacionales. Al momento de volver a volar también conservará la extensión hacia Comodoro Rivadavia en su ruta hacia el sur y agregará Jujuy hacia el norte. Su Gerente General, Horacio Preneste, no adelantó fechas, aunque desde el sitio web la empresa vende pasajes para viajar a partir de septiembre.
Por Pierre Dumas – La Nación
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