Los resultados de una investigación que realizaron la aerolínea australiana Qantas y el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sídney, publicados este viernes, muestran que es posible reducir los efectos del Jet Lag modificando la experiencia del viaje a bordo.
Diferentes horarios de luz y sueño, horarios de comidas e ingredientes específicos como el chile y el chocolate durante los vuelos de larga distancia han demostrado contribuir a mejorar el bienestar de los viajeros. El movimiento y el ejercicio son, como era de esperar, un elemento clave.
La investigación, pionera en el mundo, se llevó a cabo durante los vuelos de prueba del programa Project Sunrise de Qantas, que conectará Sídney directamente con Nueva York y Londres por primera vez a partir de finales de 2025.
La aerolínea lleva colaborando con el Centro Charles Perkins desde 2015, cuando inició los preparativos para lanzar vuelos directos de Perth a Londres.
Qantas operó tres vuelos de investigación del Proyecto Sunrise desde Nueva York y Londres a Sídney en 2019 en colaboración con investigadores australianos para recopilar datos de pasajeros del mundo real.
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Los investigadores viajaron en el avión y controlaron a 23 clientes voluntarios a los que se equipó con tecnología de dispositivos portátiles durante los vuelos de 20 horas mientras seguían un menú especialmente diseñado, secuencias de iluminación, sueño y movimiento.
Los resultados iniciales, aún no publicados, indican que, en comparación con los clientes que siguen una secuencia tradicional de comer y dormir a bordo, los que siguen el horario adaptado experimentan: menor Jet Lag,
mejor calidad del sueño durante el vuelo y mejor rendimiento cognitivo en los dos días posteriores al vuelo.
Las pruebas a bordo consistieron en adaptar los horarios de iluminación de la cabina para facilitar la adaptación a la zona horaria de destino e integrar actividades sencillas de estiramiento y movimiento.
También ajustaron el horario de las comidas para alinear el reloj corporal y estimular la vigilia y el sueño mediante menús específicos que incluían pescado y pollo acompañados de carbohidratos de acción rápida, así como alimentos reconfortantes como sopas y postres lácteos. El objetivo era estimular la producción cerebral del aminoácido triptófano («Tryp») para ayudar a los pasajeros a conciliar el sueño más fácilmente.
Los Airbus A350 especialmente diseñados que Qantas utilizará para los vuelos del Proyecto Sunrise incluyen una Zona de Bienestar a bordo basada en la investigación, donde los pasajeros pueden tomarse un tiempo para estirarse y hacer ejercicios sencillos a bordo, guiados por pantallas de vídeo.
Peter Cistulli, catedrático de Medicina del Sueño de la Universidad de Sydney, afirmó que, aunque la investigación sigue su curso, hay indicios claros de que las intervenciones aplicadas durante los vuelos de prueba reducen el impacto de los viajes de ultra larga distancia.
«Los primeros resultados son prometedores y nos han dado un gran impulso para pasar a la siguiente fase de investigación con clientes, que servirá de apoyo al diseño de productos y servicios del Proyecto Sunrise», afirmó el profesor Cistulli.
El consejero delegado de Qantas Group, Alan Joyce, declaró que la aerolínea nacional estaba entusiasmada con la perspectiva de minimizar el Jet Lag y revolucionar los vuelos internacionales para todos los viajeros.
«Dada nuestra geografía, Qantas tiene una larga historia de uso de la imaginación y la innovación para superar la tiranía de la distancia entre Australia y el resto del mundo», afirmó Joyce.
«Ahora que disponemos de la tecnología necesaria para realizar estos vuelos, queremos asegurarnos de que la experiencia del cliente también evoluciona, y por eso estamos investigando y diseñando nuestras cabinas y servicios de forma diferente», añadió Joyce.
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