La FAA no contempla levantar el límite de producción del Boeing 737 MAX

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) no tiene planes de levantar el límite de producción mensual de 38 unidades impuesto al Boeing 737 MAX, medida implementada tras el incidente en enero de 2024 cuando un avión nuevo de Alaska Airlines sufrió una emergencia en pleno vuelo por la ausencia de cuatro pernos críticos.

Chris Rocheleau, administrador interino de la FAA, confirmó ante la prensa luego de una audiencia en la Cámara de Representantes que no contempla relajar dicha restricción en este momento. “No en este momento”, respondió tajantemente al ser consultado por los periodistas. Rocheleau también indicó que la agencia no planea modificar su política de inspección directa de cada aeronave 737 MAX y 787 Dreamliner antes de otorgar los certificados de aeronavegabilidad, función que antes estaba parcialmente delegada a Boeing.

Boeing sigue apostando por elevar la producción

A pesar del freno regulatorio, Boeing mantiene expectativas de aumento progresivo en su capacidad de producción. El CEO de la compañía, Kelly Ortberg, expresó recientemente que están “bastante confiados” en lograr elevar la fabricación de los 737 MAX a 42 unidades mensuales. Una vez se obtenga la autorización de la FAA, Ortberg adelantó que planean continuar aumentando el ritmo en incrementos de cinco aviones por mes, con una separación mínima de seis meses entre cada alza.

Boeing espera finalizar la certificación del 737 MAX 7 y MAX 10 a finales de año

Supervisión más estricta tras años de controversia

El contexto actual es resultado de una supervisión reforzada. En mayo de 2022, la FAA renovó por tres años —y no cinco como había solicitado la empresa— la Autorización de Diseño Organizacional (ODA, por sus siglas en inglés) que permite a Boeing realizar tareas en nombre de la agencia, como ciertas inspecciones. Esta decisión fue tomada para asegurar que el fabricante implementara las mejoras requeridas.

La FAA había considerado en 2023 devolver a Boeing la capacidad de emitir certificados finales de aeronavegabilidad para los modelos 737 y 787 a través de su ODA. Sin embargo, esta intención fue suspendida luego del incidente con la aeronave de Alaska Airlines, lo que reactivó las alertas sobre la supervisión de la seguridad y los procesos internos del fabricante.

Trasfondo de reformas legislativas

Las tensiones entre la FAA y Boeing no son nuevas. En diciembre de 2020, el Congreso de EE.UU. aprobó reformas significativas en el proceso de certificación de nuevas aeronaves, motivado por los dos trágicos accidentes del 737 MAX que dejaron un saldo total de 346 fallecidos y derivaron en la paralización del modelo durante 20 meses a nivel mundial.

La decisión de la FAA de mantener el tope de producción vigente refleja un enfoque cauteloso, con énfasis en la supervisión directa y la recuperación gradual de la confianza en la seguridad de las aeronaves. Aunque Boeing apunta a retomar el crecimiento de su línea más vendida, el camino está claramente marcado por los estándares regulatorios y las lecciones del pasado reciente.

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