Air India bajo la lupa: La aerolínea recibe advertencia por «fallos sistémicos» en la gestión de la fatiga y programa de entrenamiento

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Air India enfrenta una de las mayores crisis reputacionales y operativas de su historia reciente. La Dirección General de Aviación Civil (DGCA), organismo regulador de la aviación en la India, emitió advertencias formales a la aerolínea por “fallos sistémicos” en la gestión de la fatiga de la tripulación y deficiencias en los programas de entrenamiento, según documentos oficiales obtenidos por Reuters.

Estas fallas, notificadas el 23 de julio a altos ejecutivos de la compañía, podrían derivar en sanciones que van desde multas hasta la destitución de directivos clave. La situación cobra aún mayor gravedad al ocurrir tras el fatal accidente de un Boeing 787 Dreamliner en Ahmedabad, en el que murieron 260 personas, convirtiéndose en el peor desastre aéreo mundial de la última década.

Autodenuncia, pero con consecuencias

Air India reportó voluntariamente los incidentes a la DGCA el mes pasado, reconociendo que los hechos ocurrieron en 2023 y 2024. Sin embargo, esto no evitó que el regulador tomara una postura firme frente a las infracciones. En total, los avisos citan 29 violaciones, incluyendo:

  • Incumplimiento del descanso obligatorio para pilotos.
  • Entrenamiento en simulador fuera del plazo permitido.
  • Falta de capacitación específica para aeropuertos de alta altitud como Katmandú.
  • Vuelos internacionales operados con tripulación de cabina insuficiente.

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Una de las notificaciones advirtió que “los problemas sistémicos relacionados con el monitoreo de cumplimiento, planificación de tripulaciones y gobernanza del entrenamiento siguen sin resolverse, pese a advertencias y acciones previas”. La DGCA señaló además que “la recurrencia de estas violaciones sugiere un fallo en el establecimiento y aplicación de mecanismos de control efectivos”.

Casos que encendieron las alarmas

Entre los hallazgos específicos se detalló que dos pilotos violaron las normas de descanso semanal en junio de 2024, y otro caso similar ocurrió en junio de 2025. Además, se identificó que dos pilotos realizaron entrenamiento en simulador el año pasado pero no comenzaron a volar dentro del periodo estipulado, lo que requiere una nueva capacitación completa.

En abril de este año, un piloto operó un vuelo desde Katmandú sin la formación especial requerida. Este aeropuerto es especialmente delicado por su altitud y su pista tipo “mesa”, con caídas pronunciadas en ambos extremos. Según Vibhuti Singh, exexperto legal de la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos de la India, esta omisión representa un riesgo considerable: “En caso de emergencia, los pilotos no tendrán tiempo para consultar el manual”.

Además, cuatro vuelos internacionales en abril y mayo despegaron con menos de los 15 tripulantes de cabina exigidos por normativa. Las fallas del equipo de seguridad de cabina fueron calificadas como “repetidas y graves”.

Europa también pone la mira en Air India Express

El escrutinio no solo proviene del gobierno indio. La Agencia de Aviación de la Unión Europea (EASA) anunció este mes que abrirá una investigación sobre Air India Express, la filial de bajo costo de la aerolínea, después de que se revelara que no reemplazó a tiempo partes del motor de un Airbus A320.

A esto se suma un informe del mes de mayo que reveló que tres aeronaves Airbus de la flota principal de Air India continuaron volando pese a estar vencidos los plazos de revisión de equipos de emergencia.

Un nuevo obstáculo para los planes de Tata Group

Estas advertencias y el trágico accidente han intensificado los retos para el conglomerado indio Tata, que asumió el control de Air India en 2022 con la promesa de transformarla en una aerolínea de clase mundial. Ahora enfrenta un escenario donde el regulador cuestiona la cultura de seguridad de la empresa y el cumplimiento de las normativas básicas.

“Air India está dando por sentadas demasiadas cosas”, advirtió un alto funcionario del gobierno con conocimiento directo del caso. “Ya les hemos dado muchas advertencias”, agregó.

Solo en los últimos seis meses, la aerolínea ha recibido nueve avisos de advertencia. El Parlamento indio fue informado esta semana de que, en 2024, las autoridades emitieron 23 advertencias o sanciones por infracciones de seguridad; 11 de ellas involucraron a compañías del grupo Air India.

La magnitud de los incumplimientos documentados por la DGCA y la presión tanto interna como externa sitúan a Air India en una encrucijada crítica. La promesa de convertirse en un referente global de excelencia aérea está en duda, y la prioridad inmediata debe ser restaurar los estándares de seguridad y transparencia. Las próximas semanas serán determinantes para ver si Tata logra corregir el rumbo o si las sanciones marcarán un antes y un después en la historia del gigante aéreo indio.

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