Un vuelo de JetBlue Airways que cubría la ruta entre Cancún (México) y Newark (Nueva Jersey) tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Tampa este jueves, luego de experimentar una repentina pérdida de altitud que dejó al menos 15 personas hospitalizadas, entre ellas varios niños, según confirmaron las autoridades estadounidenses.
El incidente y la rápida respuesta en vuelo
El vuelo 1230 de JetBlue descendió bruscamente alrededor de las 13:48 (hora de Miami), cayendo unos 30 metros en apenas siete segundos, de acuerdo con datos del portal Flightradar24. Los pilotos, al detectar un posible problema en el control de vuelo, solicitaron asistencia médica inmediata y desviaron la aeronave hacia Tampa, donde aterrizó de forma segura alrededor de las 2:00 p.m.
A su llegada, personal médico y equipos de emergencia esperaban en la pista para atender a los heridos, según informó un portavoz del aeropuerto.
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Investigación en curso por posible fallo técnico
La Administración Federal de Aviación (FAA) confirmó que se encuentra investigando un posible fallo en el sistema de control de vuelo del Airbus A320 implicado, después de que uno de los pilotos comunicara la incidencia a los controladores aéreos durante el descenso.
Por su parte, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) indicó que está al tanto del suceso, aunque por el momento no ha iniciado una investigación formal, según declaró la agencia a CNN.
Previo al incidente, un frente frío había cruzado Florida, acompañado de ráfagas de viento y lloviznas, lo que podría haber influido en la pérdida de altitud. Sin embargo, las autoridades no han confirmado que el clima haya sido un factor determinante.
De acuerdo con Vivian Shedd, portavoz de Tampa Bay Fire Rescue, entre 15 y 20 pasajeros fueron evaluados y trasladados a hospitales locales, todos con lesiones leves que no ponen en riesgo la vida.
Reacción de JetBlue
En un comunicado oficial, JetBlue informó que la aeronave fue retirada del servicio para una inspección completa, mientras la compañía realiza su propia investigación interna.
“La seguridad de nuestros clientes y miembros de la tripulación siempre es nuestra principal prioridad, y trabajaremos para apoyar a los involucrados”, señaló la aerolínea.
El incidente se suma a una serie de desafíos recientes para el sector aéreo, en un entorno donde la seguridad operacional y la confianza del pasajero vuelven a ocupar un papel central en la agenda de las aerolíneas.
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