La operación de IndiGo volvió a quedar comprometida el jueves tras un tercer día consecutivo de interrupciones significativas. Miles de usuarios terminaron varados debido a la anulación de, al menos, 175 vuelos en horas de la mañana, lo que profundizó el desorden en terminales como Nueva Delhi, Mumbai, Hyderabad, Pune y Bengaluru. La jornada previa, la compañía ya había cancelado unos 150 vuelos.
El impacto en el mercado y las causas que explican la crisis
IndiGo, que controla alrededor del 60 por ciento de la actividad doméstica en el país y ha construido su imagen sobre la puntualidad, sufrió una caída del 3,4 por ciento en el valor de sus acciones el jueves, acumulando un retroceso semanal cercano al 6 por ciento. El golpe reputacional llega justo cuando nuevas exigencias regulatorias han puesto a prueba su capacidad de adaptación.
La Federación de Pilotos de India explicó que la aerolínea no consiguió reorganizar sus turnos con suficiente anticipación para cumplir con normas diseñadas para reforzar la seguridad. Estas medidas, anunciadas el año pasado y aplicadas desde el 1 de noviembre, amplían el descanso obligatorio semanal para cada piloto en 12 horas hasta un total de 48, además de limitar los aterrizajes nocturnos a dos por semana, frente a los seis permitidos antes.
IndiGo reconoció que los nuevos márgenes de actividad han influido en la ola de suspensiones, aunque evitó responder a solicitudes de comentarios adicionales. Otras compañías como Air India, SpiceJet o Akasa Air no han tenido que alterar su planificación.
→ IndiGo reporta pérdidas superiores a lo previsto en el último trimestre
Reuniones urgentes y un sector que busca respuestas
La autoridad de aviación civil tiene previsto reunirse con la alta dirección de IndiGo para solicitar detalles sobre el origen de la crisis y conocer si existe un plan de recuperación. El encuentro busca aclarar por qué la aerolínea, a diferencia del resto, ha sufrido un impacto tan profundo esta semana.
Aeropuertos saturados y viajeros sin información
Las terminales experimentaron un incremento notable en el número de cancelaciones. En Bengaluru se reportaron 73 vuelos suspendidos. Delhi registró cerca de 30, Hyderabad alcanzó 68, y en Mumbai se programaron 85 anulaciones adicionales.
Los problemas operativos también afectaron operaciones puntuales. Una fotógrafa de Reuters permaneció tres horas dentro de un avión en Pune, después de aterrizar, debido a la falta de autorización para estacionar la aeronave hasta que otros aparatos despegaran.
La situación representa un contratiempo considerable para una aerolínea con dos décadas de trayectoria, más de 2.000 vuelos diarios y una flota superior a 400 aviones, compuesta principalmente por modelos Airbus A320. La compañía incluso suele hacer referencia al concepto «IndiGo Standard Time» cuando un embarque se completa antes de lo previsto, una señal que contrasta con los hechos actuales.
Un escenario que pone a prueba la confianza del pasajero
La magnitud del trastorno abre incógnitas sobre las repercusiones que tendrá para IndiGo, que obtuvo ingresos cercanos a 9 mil millones de dólares en su último ejercicio. Su principal competidor, Air India, enfrenta su propio escrutinio tras un accidente ocurrido en junio que dejó 260 víctimas.
En los aeropuertos, el ambiente era tenso. Pasajeros agotados aguardaban en filas extensas dentro de salas saturadas mientras trataban de conseguir información. Ram Shankar Yadav, que viajaba junto a su familia rumbo a la celebración de la boda de su hermano menor, mencionó que su vuelo acumulaba seis horas de retraso. Añadió que no había suficientes asientos y que varios usuarios se acomodaban en el suelo usando periódicos, además de señalar que las líneas de atención no funcionaban.
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