Un portavoz de la aerolínea española explica que el avance de BA en España se debe a que Iberia ha traspasado a su participada Vueling y a su filial Air Nostrum vuelos nacionales y europeos. Sin embargo, si se suman los clientes de estas dos a los de Iberia, la caída conjunta queda en el 4,6% (algo más en operaciones).
Los propios datos de tráfico de agosto publicados por IAG reflejan una clara apuesta de BA por la expansión: su oferta de asientos-kilómetro ha crecido en los ocho primeros meses un 10,7% en contraste con el 2,7% de Iberia. Y aún mejor ha vendido su producto la británica, que incrementó su demanda casi un 12%, frente al exiguo 1,2% de la española.
La apuesta de Iberia por los vuelos de largo radio, sobre todo a Latinoamérica, tampoco está dando alegrías. El pasado jueves, la compañía informó a los representantes de los trabajadores de que se van a devolver a los arrendadores (sin penalización económica) dos aviones Airbus 340, se cancelan frecuencias y se cierran dos rutas brasileñas, a Recife y Fortaleza, porque pierden dinero, pese a que comenzaron a operarse en febrero pasado. «Es cierto que hay que esperar a que las rutas maduren, pero no se puede perder tanto dinero», dice el portavoz de Iberia, que habla incluso de «síntomas de desaceleración» del mercado latinoamericano.
En marzo, IAG encargó ocho Airbus 330 para Iberia (con opción a otros ocho), mientras que BA tiene ya comprometidos 39 aviones grandes (entre ellos 12 Airbus 380 y 24 Boeing 787, el nuevo modelo estadounidense).
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