Según  estimaciones realizadas por la revista Newsweek, los atentados a las  Torres Gemelas de Nueva York, ocurridos el 11 de septiembre de 2001,  hicieron que los aeropuertos del mundo se replantearan su seguridad  hasta entonces. El medio da cuenta que, solo en Estados Unidos, los  costos en esta materia han ascendido a más de US$ 100 mil millones. 
Es  así como desde que fue fuertemente golpeado por estos atentados, dicho  país debió reforzar el número de empleados encargados de la seguridad de  sus aeropuertos. Por  ejemplo, la revista cita al Departamento de Seguridad y Transporte  (TSA), el cual contrató a fines del 2002, a 56 mil personas para la  seguridad de pasajeros y el chequeo de equipajes. Asimismo no se  permitió que compañías privadas se encargaran de ese tema. 
Por  otro lado, se buscó mejorar la tecnología utilizada en materia de  revisión de equipajes y pasajeros. Se estableció como requisito  obligatorio que los aeropuertos tuvieran máquinas especiales para  detectar materiales peligrosos. Como reglamento se instituyó que todas  las terminales de EE.UU., debían tener una máquina de Explosives Trace  Detention (ETD), aparato electrónico especializado en rastrear  explosivos. 
Los  atentados del llamado 11/9, provocaron una especie de pánico  generalizado entre los viajeros del mundo. La gente no se atrevía a  volar por temor a sufrir algún atentado terrorista. Esto generó graves  consecuencias para las aerolíneas que ante la drástica reducción en la  demanda de vuelos comerciales, y el automático incremento hasta de 300%  en el precio de las pólizas de seguros, tuvieron que recortar rutas,  frecuencias de vuelos y reducir hasta el número sus trabajadores. 
Y  como un dominó, comenzó a golpear al mundo entero. Estados Unidos cerró  cualquier llegada o salida de vuelos al país; Canadá también ordenó el  cierre de todos sus aeropuertos; en España, el gobierno extremó las  medidas de seguridad en las pistas aéreas; y Rusia canceló todos los  vuelos hacia y desde Estados Unidos. Por  su parte Boeing y Airbus, los dos fabricantes más grandes de aviones  del planeta, también tuvieron que modificar sus planes y estrategias de  negocios. 
Se  estima, según cuenta el medio el Informador de México, que las  multimillonarias pérdidas dejadas en la industria aérea, solo son  superadas por la crisis petrolera de los 70. Aunque también da cuenta  que solo afecto a la aviación entre el 2000 y 2002, ya que el 2004 se  recuperó de manera importante hasta llegar al auge en 2008, período  donde más viajes se han registrado. 
Hoy,  mirando hacia atrás, podemos ver cómo la industria aérea supo pararse y  volver a otorgar seguridad a los pasajeros. De hecho la Asociación  Internacional de Transporte Aéreo (IATA), afirmó hace pocos días, que la  industria de la aviación es hoy más segura que hace una década. La  explicación está en la reestructuración realizada desde el 2001, dejando  a las líneas aéreas más ágiles y más resistentes frente a futuras  crisis.
Fuente: http://aerolatinnews.com 
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