¿Cuál es el aeropuerto más peligroso del mundo?

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Muchos son los intentos por encontrar ese lugar donde nadie querría aterrizar. La competencia es dura, desde Francia hasta Honduras son muchos los aeropuertos que luchan por ese peculiar ‘honor’.

 

El parque aéreo de Courchevel, en los Alpes franceses, es uno de los preferidos por los creadores de listas de clasificación para ocupar ese peculiar número uno. Su cortísima pasarela, de tan solo 525 metros con una inclinación de 18 grados,  es motivo más de sobra para que lidere el ránking.

Pero las islas son las grandes favoritas de las tablas clasificatorias, fundamentalmente por su reducido espacio que obliga a adaptar la pista a una orografía limitada. Si además la isla es montañosa y muy poblada, es el caldo de cultivo ideal para un aeropuerto de vértigo.

De este modo, el Caribe se lleva la palma. El Aeropuerto Internacional Princesa Juliana, en la isla de Saint Maart, el Juancho E. Yrausquin, en la isla de Saba, o el Saint Barthélemy en la isla del mismo nombre, son solo algunos de los ejemplos de la primacía caribeña en el podio.

AL FINAL DE LA PISTA… MONTAÑA

Una enorme montaña enfrente y un impresionante desfiladero al otro lado, en esta plaza debe lidiar el valiente piloto que pretenda despegar o aterrizar en Katmandú, la capital de Nepal. Un buen destino para viajeros aventureros, para comenzar la subida al Everest con un chute de adrenalina incluso antes de bajar del avión.

Pero un aeropuerto que está en todas las listas, además siempre entre los cinco primeros es el de Tocontín, en Tegucigalpa (Honduras). Tiene todos los ingredientes para defender su preponderante posición. Pista estrecha y corta situada entre montañas, rodeado de viviendas y con una ladera al final de la pista de aterrizaje. Todo un reto para pilotos.

Además del peculiar caso francés, Europa cuenta con dos representantes más. El aeropuerto de Madeira y el de Gibraltar también son serios candidatos a figurar entre los primeros puestos. Las naves que aterrizan en la colonia británica tienen que adecuarse a las pequeñeces del peñón. De hecho, una peculiaridad del caso gibraltareño es que para que la pista pueda ser utilizada debe cortarse la carretera que une a la ciudad con España.

Pero que no cunda el pánico, el avión es el medio de transporte más seguro, con diferencia de los demás. De hecho, pese a la ‘peligrosidad’ de estos aeropuertos, no son comunes las incidencias en ellos. La profesionalidad de los pilotos y el control de la seguridad en los aviones, hacen que estos datos que ponen los pelos de punto sirvan para engrosar las listas de curiosidad más que los índices de incidencias. 

Fuente: http://www.elreferente.es/
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