Spirit, la aerolínea de bajo costo que cultiva el arte de ahorrar cada centavo.

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Con una política de ahorro extremo, Spirit Airlines Inc. se ha
convertido en la aerolínea más rentable de EE.UU. y, de paso, ha ayudado
a reconfigurar el sector de viajes de descuento, al cobrar por toda
clase de servicios, desde la impresión de las tarjetas de embarque hasta
un vaso de agua.


En cinco años, Spirit pasó de estar al borde de la bancarrota a
liderar las aerolíneas de bajo costo, el segmento que crece con más
rapidez en la aviación comercial.
Mientras que las aerolíneas tradicionales ofrecen un servicio
completo que apunta a los viajeros de negocios (que suelen gastar más),
Spirit obtiene ganancias con pasajeros que buscan llegar a su destino de
la forma más barata posible. A diferencia de otras aerolíneas de bajo
costo, sus tarifas reducidas incluyen básicamente un asiento, mientras
que casi todo lo demás se vende a la carta.
«Si una empresa es quien le compra el pasaje, seguramente no va a
volar con nosotros. No hay problema», afirmó el presidente ejecutivo de
Spirit, Ben Baldanza, quien incluye entre sus funciones aspirar y sacar
la basura en la sede central que tiene Spirit cerca a Miami. 
Otras aerolíneas han dejado de lado los servicios extra a la hora de
volar, pero Baldanza ha llevado su política de ahorro al extremo.
¿Quiere un pase de abordar? Le costará US$5. ¿Tiene sed? Una botella de agua valdrá US$3. 
En 2007, Spirit fue la primera aerolínea estadounidense en décadas en
cobrar por todo el equipaje registrado por un pasajero, una estrategia
que luego fue copiada por la mayoría de las otras grandes aerolíneas.
También fue la primera en cobrar por llevar equipaje de mano: entre
US$35 y US$40 por pieza, y hace poco anunció planes de aumentar las
tarifas hasta US$100 este año.
Spirit obtiene casi un tercio de sus ingresos a través de los cobros
por equipaje y otros servicios, comparado con el promedio de la
industria de 6%. Pero su política de ahorro tiene un precio: la
aerolínea cuenta con uno de los peores índices de puntualidad de la
industria, el espacio más reducido entre asientos y clientes que juran
no volver a volar en la aerolínea después de un viaje.
Independientemente de las quejas, Spirit ha encontrado un mercado.
Desde 2008 hasta el primer trimestre de este año, la línea aérea arrojó
US$289 millones, mientras que otras aerolíneas más grandes reportaron
miles de millones de dólares en pérdidas. Sólo dos aerolíneas
estadounidenses obtuvieron mejores ganancias en el mismo período:
Southwest con US$1.000 millones y Alaska Air Group Inc. con US$522
millones.
El año pasado, Spirit ganó 40% más por avión que cualquier otra
aerolínea en EE.UU., y con US$1.630 millones, tiene casi el mismo valor
de mercado que US Airways Group Inc., que cuenta con un tráfico de
pasajeros nueve veces más alto.
En una nota reciente, Ray Neidl, analista de Maxim Group, escribió que Spirit «vuela por una única razón: para ganar dinero».
 
El modelo de costos ultra bajos del que la aerolínea irlandesa
Ryanair Ltd. fue pionera en Europa requiere que las compañías se
deshagan de todos los costos prescindibles. Significa instalar más
asientos en los aviones, volar más horas por día y separar el precio de
los asientos de todos los bienes y servicios relacionados. Analistas
afirman que Spirit es la primera aerolínea en EE.UU. que lograr dominar
este modelo.
La estrategia no es para todo el mundo. Muchas grandes aerolíneas se
concentran en atraer a clientes de negocios e impulsar su participación
de mercado, aunque eso signifique perder dinero en algunas rutas.
Pero el éxito de Spirit ejerce presión sobre otras aerolíneas
pequeñas que compiten por los pasajeros de bajo presupuesto. Sus audaces
prácticas de pedirles a los pasajeros que paguen por cada servicio
adicional también podrían facilitar que el resto de la industria siga el
modelo.
Delta Airlines Inc., la segunda aerolínea del mundo por tráfico,
lanzó hace poco las llamadas tarifas económicas básicas para algunas
rutas en las que compite con Spirit. Los asientos con este descuento no
pueden escogerse, ni se puede solicitar un reembolso o cambio.
El plan de vuelo de Spirit no está exento de riesgos. La aerolínea
enfrenta mayores gastos en aeropuertos y más congestión a medida que
ingresa a mercados más grandes. Además, debe mantener contentos a sus
trabajadores sindicalizados, que en 2010 paralizaron las operaciones de
la aerolínea por cinco días.
Baldanza, de 50 años, siempre está armado de chistes y mucha risa. El
ejecutivo a menudo almuerza con dos colegas con los que redacta las
atrevidas promociones que manda por correo a sus clientes. La aerolínea
tiene un presupuesto de publicidad de US$2,5 millones, casi 1% del de
Southwest.
La empresa fue recientemente blanco de críticas por un anuncio
publicitario para sus vuelos a Cartagena, Colombia, que se burlaban del
escándalo de prostitución del Servicio Secreto («Más placer por su
dinero», decía).
La estrategia de Spirit nació producto de la desesperación. En 2006, a
punto de quebrar, encontró en Bill Franke a un inversionista dispuesto a
apostar por el segmento de vuelos ultrabaratos. Con Baldanza a la
cabeza, la aerolínea sacó primero las revistas de sus aviones para
reducir el peso y ahorrar en combustible. Vendieron publicidad en los
compartimentos superiores, bandejas de comida y delantales de las
auxiliares de vuelo. Los asientos en los aviones A320 Airbus de Sprit
perdieron su mecanismo de reclinación, lo que permitió instalar 40
asientos más por nave.
En las oficinas centrales de la aerolínea no hay recepcionista y
algunas bombillas dañadas no han sido reemplazadas. «Compramos lapiceros
cuando nos vemos obligado a hacerlo», dice Baldanza. «Pero si alguno de
nuestros empleados va a una conferencia y le dan bolígrafo y papel,
definitivamente deben traerlos a la oficina».
Spirit salió a bolsa hace un año y el precio de su acción se ha casi
que duplicado a alrededor de US$22. La empresa espera ampliar su
capacidad en 25% este año y triplicar su flota de aviones para 2021. Y
en cuanto a más ahorros, Baldanza aún ve oportunidades, como cobrar por
los descansabrazos y la bandeja desplegable del asiento.
Fuente: http://online.wsj.com
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