Acuerdo entre Boeing y Embraer pende de un hilo por desplome de mercados.
Brasil ratificó las propuestas de Boeing para comprar a la unidad de aeronaves de Embraer, pero el desplome de los mercados ha generado preguntas urgentes sobre el destino del acuerdo de 4.200 millones de dólares en momentos en que la industria de la aviación se tambalea por la crisis del coronavirus.
El regulador antimonopolios de Brasil desestimó el miércoles las objeciones de los fiscales al acuerdo.
No obstante, el desplome de las acciones de Embraer y las preocupaciones sobre el efectivo en Boeing debido al impacto del coronavirus en la industria de viajes aéreos propiciaron un golpe al frágil acuerdo, aumentando la incertidumbre causada por los retrasos en el proceso de aprobación de los reguladores de la Unión Europea.
Las acciones del tercer fabricante de aviones del mundo cayeron un 14% el miércoles, dándole un valor de mercado de unos 1.300 millones de dólares luego de perder dos tercios desde que el acuerdo fue anunciado inicialmente en 2018, según datos de Eikon de Refinitiv.
A tales precios, Boeing obtendría el control de la unidad comercial de Embraer, pero sólo después de pagar tres veces el valor de la compañía completa, que también produce aviones militares y privados.
Boeing ha ofrecido pagar 4.200 millones de dólares en efectivo por un 80% de la unidad comercial de Embraer, que construye aviones en el segmento de 70 a 150 asientos y compite con el programa A220 diseñado en Canadá y recientemente adquirido por la europea Airbus.
Las recientes tendencias «han aumentado la posibilidad de que el acuerdo no se cierre», dijo el analista Ken Herbert de Canaccord Genuity.
En juego está una plataforma clave de la estrategia de Boeing para ampliar su base industrial y de ingeniería, en momentos en que enfrenta negociaciones por 60.000 millones de dólares en ayuda que la industria aeroespacial estadounidense busca de Washington.
Si bien Boeing podría buscar un precio más bajo, dicen analistas, los compromisos alcanzados luego de meses de delicadas negociaciones dejan poco espacio de maniobra a los accionistas de Embraer, a menos que haya un fuerte repunte.
Por Tim Hepher, Marcelo Rochabrun y Eric M. Johnson – Reuters
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