Comisión Europea autoriza a Portugal a ayudar con 1.200 millones a la aerolínea TAP.

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La Comisión Europea ha autorizado este miércoles al Gobierno portugués a ayudar con 1.200 millones de euros a la aerolínea Transportes Aéreos Portugueses (TAP), con el objetivo de cubrir sus necesidades inmediatas de liquidez tras sufrir el parón por las medidas contra la propagación del coronavirus.

La vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager, ha precisado que este apoyo deberá servir también para «allanar el camino hacia una reestructuración» de la compañía que garantice su viabilidad «a largo plazo».

Vestager apunta el grave impacto que la crisis del coronavirus ha tenido en el sector aéreo, cuya flota comercial ha quedado prácticamente al completo en tierra, pero confía en que con la desescalada y la reapertura de las fronteras se relance el turismo y ello «beneficie indirectamente al sector turístico portugués y a la economía del país en su conjunto».

Bruselas ha anunciado su ‘luz verde’ apenas un día después de que Portugal notificara formalmente al Ejecutivo comunitario su intención de dar este apoyo a TAP, aerolínea que opera en 38 países y conecta a cerca de 17 millones de pasajeros cada año entre Portugal y destinos internacionales.

El rescate, subraya la Comisión Europea en un comunicado, no se acoge al marco temporal establecido durante la pandemia para flexibilizar las condiciones de las ayudas de estado a empresas dañadas por esta crisis, sino que debe servir tanto para resolver los problemas de liquidez de la compañía como para «preparar un plan para su viabilidad a largo plazo».

TAP se encontraba ya en dificultades a finales del año pasado, precisa el Ejecutivo comunitario, por lo que el marco normativo que se le aplica es el de reestructuraciones y rescates, por el que los Estados miembro pueden apoyar a compañías con problemas con ayudas públicas «limitadas en el tiempo y en su alcance» y que contribuyan a un interés común.

Los planes de rescate pueden tener una duración máxima de seis meses, para dar tiempo a la empresa a avanzar en soluciones urgentes, y, en este caso, las autoridades lusas se han comprometido a que TAP devolverá el préstamo o emprenderá una reestructuración en ese plazo de seis meses.

Por EuropaPress