Boeing prevé un menor ritmo de producción y entregas del 787

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Boeing prevé un menor ritmo de producción y entregas de sus aviones 787, ya que el fabricante estadounidense lucha con la escasez de proveedores «en algunas piezas clave», según dijo este lunes a los trabajadores un ejecutivo del programa.

Boeing sigue planeando aumentar constantemente su ritmo para satisfacer la «fuerte demanda», según el memorando visto por Reuters enviado por Scott Stocker, vicepresidente y director general del 787, a los trabajadores de su planta de Carolina del Sur.

«Seguimos gestionando la escasez de proveedores en algunas piezas clave», decía la nota. «Para ello, hemos compartido con nuestros clientes que esperamos un aumento más lento en nuestra tasa de producción y entregas».

El fabricante estadounidense indicó que su ritmo de producción de 787 era de cinco al mes durante el último trimestre de 2023.

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La FAA dijo que «es consciente de los desafíos de Boeing para obtener ciertas piezas y está en estrecha comunicación con la compañía mientras navega por este problema.»

La agencia añadió que está «centrada en trabajar con Boeing para garantizar que sólo salgan de fábrica aviones seguros y conformes, y la FAA conserva la autoridad para emitir certificados de aeronavegabilidad para todos los Boeing 787».

Boeing, que presenta sus resultados el miércoles, se enfrenta al escrutinio sobre la fabricación de sus aviones 777 y 787 después de que el ingeniero de la empresa Sam Salehpour hablara la semana pasada en una comparecencia ante el Senado estadounidense.

Salehpour alegó que Boeing no calzó adecuadamente, o utilizó una fina pieza de material para rellenar pequeños huecos en un producto fabricado, una omisión que podría causar fallos prematuros por fatiga con el tiempo en algunas zonas del 787 Dreamliner.

El fabricante de aviones dijo que no se habían detectado casos de fatiga en sus antiguos 787.

Por su parte, la producción del 737 MAX en el estado de Washington ha caído bruscamente a medida que los reguladores estadounidenses intensifican los controles en la fábrica y los trabajadores ralentizan la línea de montaje a las afueras de Seattle para completar el trabajo pendiente.

La cultura de seguridad y la calidad de fabricación de Boeing han sido objeto de críticas tras desprenderse el panel de una puerta de un 737 MAX 9 en pleno vuelo el pasado mes de enero.

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