China ha ordenado a sus aerolíneas suspender la recepción de nuevos aviones Boeing, según informó Bloomberg News, en respuesta directa a la decisión de Estados Unidos de aplicar aranceles del 145% sobre productos chinos. Esta medida agrava aún más la tensión entre ambas potencias y coloca al fabricante estadounidense en una situación delicada dentro de uno de sus principales mercados.
Golpe directo a Boeing: se paralizan entregas clave
De acuerdo con la información obtenida por Bloomberg, las tres mayores aerolíneas chinas —Air China, China Eastern Airlines y China Southern Airlines— habían planeado recibir 45, 53 y 81 aeronaves Boeing, respectivamente, entre 2025 y 2027. Con la nueva instrucción de Pekín, esos planes quedan en suspenso, afectando directamente a la estrategia de crecimiento de la compañía norteamericana en Asia.
Las acciones de Boeing reaccionaron con una caída del 3% en las operaciones previas a la apertura del mercado, mientras que las de Airbus —que ya mantiene una posición dominante en China— subieron un 1%.
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Airbus y COMAC, en posición de ventaja
El bloqueo chino no solo representa un revés económico para Boeing, sino que también podría redirigir la demanda hacia Airbus y el fabricante local COMAC. El reciente incremento de aranceles del 125% a las importaciones estadounidenses eleva considerablemente el coste de los jets de Boeing para las aerolíneas chinas, incentivando la búsqueda de proveedores alternativos.
Impacto en mantenimiento y cadena de suministro
La decisión del gobierno chino incluye además la suspensión de compras de repuestos y equipos relacionados con aeronaves provenientes de Estados Unidos. Esto podría traducirse en un alza de los costos de mantenimiento para las aeronaves Boeing que ya operan en el país. Como medida paliativa, Pekín evalúa mecanismos de asistencia para aerolíneas que arriendan aviones Boeing y que ahora enfrentan un aumento de gastos.
Boeing, en medio de una recuperación lenta y nuevos obstáculos
El fabricante estadounidense viene lidiando con una serie de dificultades que complican aún más el escenario actual. Aún se encuentra en proceso de recuperación tras un año marcado por una huelga laboral, mayores exigencias regulatorias y persistentes interrupciones en la cadena de suministro.
Además, la reputación de la empresa continúa golpeada desde el incidente del año pasado con un 737 MAX 9, cuando un panel de puerta se desprendió en pleno vuelo, lo que llevó a nuevas investigaciones. Las acciones de Boeing han perdido más de un tercio de su valor desde entonces.
Guerra comercial sin tregua
La medida de Pekín se produce días después de que China anunciara un aumento de aranceles sobre productos estadounidenses como respuesta a los gravámenes de Washington. Analistas advierten que este vaivén de represalias podría frenar significativamente el comercio bilateral, que en 2024 superó los 650.000 millones de dólares.
El sector aeroespacial, que mueve contratos multimillonarios, se encuentra ahora en el epicentro de un conflicto comercial que amenaza con reconfigurar las alianzas y estrategias globales. Para Boeing, la prioridad será contener el daño y evitar que China —un mercado clave— se cierre aún más a sus productos.
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