La industria aeroespacial global, históricamente dividida por disputas comerciales, logró una victoria clave: Estados Unidos y la Unión Europea alcanzaron un acuerdo provisional para eximir de aranceles a aeronaves y sus partes. El pacto, anunciado el domingo, pone freno a una amenaza directa para la producción y entrega de aviones en ambos lados del Atlántico y sella meses de cooperación entre rivales como Boeing y Airbus.
Un alivio frente a un escenario de tensión
La decisión llega justo cuando el gobierno de EE.UU. impondrá un arancel del 15% sobre la mayoría de los productos europeos. Sin embargo, la industria aeronáutica —una de las más expuestas a conflictos comerciales— logró quedar protegida. El acuerdo establece arancel cero para aeronaves, motores, repuestos y componentes que van desde trenes de aterrizaje hasta asientos.
Esto evita mayores costos y posibles interrupciones en la entrega de aeronaves, en un contexto donde las cadenas de suministro ya estaban tensionadas. «Solo estamos esperando a ver todo por escrito», declaró a Reuters un alto funcionario europeo de la industria, reflejando la cautela a pesar del optimismo.
Lobbying discreto, resultados concretos
El logro no fue casual. Ejecutivos de peso como Larry Culp, CEO de GE Aerospace, jugaron un rol determinante. En abril, Culp se reunió con el presidente Donald Trump para insistir en la necesidad de restaurar el régimen libre de aranceles. Según dijo a Reuters, la propuesta fue «comprendida» por la administración, destacando que el régimen de arancel cero había contribuido a que EE.UU. alcance un superávit comercial aeroespacial de $75.000 millones anuales.
Los representantes del sector argumentaron que imponer aranceles a los componentes aeronáuticos no favorecería a Boeing frente a Airbus, sino que perjudicaría a ambos y a toda la cadena de suministro global.
El regreso (parcial) al acuerdo de 1979
El nuevo marco busca reactivar elementos clave del Acuerdo sobre el Comercio de Aeronaves Civiles de 1979, que había eliminado aranceles sobre aviones y sus partes. Esta es una de las pocas excepciones sectoriales sobrevivientes tras la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995.
No obstante, dos palabras fueron eliminadas discretamente del discurso oficial: “multilateral” y “OMC”. Esto marca un giro hacia acuerdos bilaterales, en línea con la filosofía de «América Primero» promovida por Trump, quien llegó a calificar la OMC como “el peor acuerdo comercial jamás hecho”.
Una campaña transatlántica sin precedentes
Lo que llama la atención es la inusual unidad entre competidores. Boeing y Airbus —protagonistas de una disputa de subsidios de 17 años que puso a prueba a la OMC hasta la tregua de 2021— actuaron en conjunto para proteger la industria. También se unieron empresas proveedoras y aerolíneas.
Airbus celebró el anuncio, afirmando que “un entorno comercial estable y predecible es esencial para una industria aeroespacial global tan integrada”.
EE.UU. y Reino Unido: el ensayo general
Un paso previo clave fue el acuerdo comercial alcanzado en mayo entre EE.UU. y el Reino Unido, que restableció el libre comercio en motores de avión. Este acuerdo sirvió de modelo para la negociación con la UE. Tanto Culp como Ed Bastian, CEO de Delta Air Lines, promovieron activamente este enfoque.
Mercado mutuo: cifras que lo explican todo
La magnitud de la relación transatlántica en el sector es evidente: Boeing entrega un 17% de sus aviones a Europa, mientras que Airbus destina un 12% de los suyos a EE.UU., muchos de los cuales se ensamblan localmente. Además, ambos bloques son los mayores mercados recíprocos de componentes aeronáuticos, según datos del lobby francés Gifas.
Sombra china y amenaza brasileña
Aunque este pacto elimina una fuente de tensión, no disipa todas las incertidumbres. El Departamento de Comercio de EE.UU. mantiene abierta una investigación de seguridad nacional (“Sección 232”) sobre importaciones de aeronaves, motores y partes, con foco en China. Las preocupaciones se centran en posibles interrupciones en suministros clave.
Además, este proceso podría derivar en nuevos aranceles para Brasil, país de origen de Embraer, cuyos aviones regionales apenas tienen competencia. Hoy por hoy, las aerolíneas estadounidenses enfrentan aranceles del 50% sobre estas aeronaves, lo que, según Embraer, podría encarecer cada unidad en hasta $9 millones. Alaska Air ya ha anticipado posibles demoras en las entregas.
El acuerdo entre EE.UU. y la UE representa una victoria para Boeing, Airbus y sus proveedores, y es una señal clara de que, frente a desafíos geopolíticos y económicos, incluso los rivales más antiguos pueden actuar unidos para defender intereses comunes.
También te puede interesar
51 fallos de seguridad revela auditoría realizada a Air India por la DGCA
Condor inaugura ruta a Sanya (China) y refuerza su apuesta por Asia
China Airlines anuncia nueva ruta sin escalas entre Taipéi y Phoenix, Arizona
Air India bajo la lupa: La aerolínea recibe advertencia por «fallos sistémicos» en la gestión de la fatiga y programa de entrenamiento
Plataforma Informativa de Aviación Comercial con 13 años de trayectoria.