Portugal no se inclina por ninguna aerolínea en la privatización de TAP, afirma su ministro de Finanzas

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El gobierno de Portugal se prepara para relanzar la privatización parcial de su aerolínea de bandera, TAP, y tres gigantes europeos ya han levantado la mano: Air France, Lufthansa e IAG. Pero según el ministro de Finanzas, Joaquim Miranda Sarmento, no hay favoritos.

Durante una rueda de prensa al margen de una reunión del Eurogrupo en Bruselas, Sarmento declaró que “en las próximas semanas, el gobierno anunciará sus decisiones” sobre los términos y condiciones de la venta de al menos del 50% del capital de TAP.

“Es de conocimiento público que Air France, Lufthansa e IAG han mostrado interés en mirar la compañía y eventualmente hacer una propuesta, lo cual es obviamente muy positivo para el país”, afirmó el ministro.

Un proceso abierto, sin favoritismos

Sarmento fue claro: el gobierno portugués no tiene preferencias. “La propuesta ganadora será la que sea mejor para el país, no tenemos ningún socio preferido ni inclinación especial hacia A, B o C”, aseguró ante los medios.

Esta postura busca enviar una señal de transparencia y equidad en un proceso que se ha visto obstaculizado en el pasado por tensiones políticas internas. La privatización de TAP lleva años en la agenda, pero se ha estancado en más de una ocasión. La más reciente interrupción ocurrió tras la caída del gobierno minoritario de centroderecha en marzo.

Aunque el mismo bloque político volvió al poder tras las elecciones nacionales de mayo, su falta de mayoría parlamentaria podría poner nuevas trabas a la operación.

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TAP: un activo estratégico codiciado

El interés de las grandes aerolíneas no es casual. TAP posee algunos de los slots más estratégicos en el mercado atlántico, especialmente desde su hub en Lisboa hacia Brasil, países africanos de habla portuguesa y Estados Unidos.

Estos derechos de vuelo representan una pieza clave para ampliar redes internacionales y capturar mercados con fuerte crecimiento o lazos históricos con Europa. Por ello, el gobierno portugués ha expresado su intención de conservar el control mayoritario, incluso después de la venta parcial.

¿Desánimo entre los postores?

Ante la posibilidad de que el Estado mantenga la mayoría del capital, surge la pregunta: ¿podría esto enfriar el interés de Air France, Lufthansa e IAG? Según Sarmento, no.

“Estas compañías han mostrado un interés muy significativo en TAP, veremos cuáles, si todas o no, presentarán propuestas en función de las condiciones de la privatización”, señaló.

La próxima fase del proceso dependerá de la claridad y atractivo de esas condiciones, además del clima político en Lisboa.

Lo que está en juego

El resultado de esta operación no solo redefinirá el futuro de TAP, sino también el equilibrio del mercado aéreo europeo. En juego están rutas de alto valor, acceso a nuevos mercados y la posición estratégica de Portugal como puerta entre Europa, América y África.

Mientras tanto, el mundo de la aviación observa de cerca. TAP podría convertirse en el próximo gran trofeo de una batalla entre titanes del sector.

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