Colombia solicitó a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) la creación de normas globales que regulen el transporte aéreo de mascotas, tras varios casos muy sonados de perros que murieron en aviones. La propuesta cuenta ya con el respaldo de unas dos decenas de países de América Latina y Europa y será discutida en la asamblea trienal de la OACI, prevista entre el 23 de septiembre y el 3 de octubre.
Mauricio Ramírez Koppel, representante colombiano ante la OACI, explicó que la iniciativa surge tras episodios ocurridos en el país que comprometieron la salud de los animales. “Encontramos que no existe una guía por parte de la OACI que establezca estándares y reglas para el transporte adecuado de mascotas y seres vivos”, señaló en declaraciones a Reuters.
Un vacío normativo con consecuencias
Aunque la OACI no puede imponer reglas a los estados miembros, las naciones que aprueban sus directrices suelen adoptarlas. Sin embargo, la falta de una normativa común ha generado un mosaico de regulaciones que varían según aerolínea y región.
El grupo de trabajo de Colombia en la asamblea advirtió que el crecimiento del transporte de mascotas ha incrementado riesgos vinculados con ventilación, seguridad de los contenedores, condiciones de temperatura y tiempos prolongados de conexión.
En 2021 y 2022 se registraron casos de perros que murieron en vuelos de pequeñas aerolíneas colombianas. Antes, en 2020, el Canadian Kennel Club pidió reformas tras la muerte de decenas de canes en un vuelo de Ukraine International Airlines entre Kiev y Toronto. Un antecedente más remoto ocurrió en 2018, cuando un bulldog francés falleció en un trayecto de United Airlines, después de que un tripulante de cabina ordenara colocarlo en un compartimento superior. Este hecho motivó una legislación en Estados Unidos que prohíbe de manera explícita poner en peligro a los animales ubicándolos en maleteros superiores.
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Demanda creciente y nuevas prácticas
El aumento de la tenencia de mascotas y la recuperación de los viajes tras la pandemia impulsaron servicios especializados como los vuelos “dog-first” de la estadounidense BARK Air. En Australia, Virgin Australia anunció que a partir del 16 de octubre permitirá por primera vez que gatos y perros pequeños viajen en cabina en ciertas rutas domésticas.
Por el contrario, muchas aerolíneas siguen transportando animales en la bodega, lo que implica riesgos adicionales. Algunas, incluso, prohíben razas como pug o bulldog francés debido a su vulnerabilidad frente a golpes de calor.
Un mosaico de reglas y la presión por unificar criterios
Actualmente, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) cuenta con lineamientos sobre traslado de animales, pero no son vinculantes, recordó Koppel. A esto se suma que ciertas compañías de Oriente Medio, como Qatar Airways, permiten aves rapaces en cabina, mientras países como Australia exigen cuarentena obligatoria para perros y gatos al llegar.
“Existe un vacío legal”, enfatizó el delegado colombiano, al subrayar la urgencia de contar con un marco internacional que brinde seguridad tanto a pasajeros como a sus mascotas.
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