Con una fiesta en pleno vuelo y una atmósfera cargada de emoción, la aerolínea alemana Condor cerró oficialmente el capítulo del Boeing 757 en su flota. El evento tuvo lugar este miércoles con un vuelo especial de ida y vuelta entre Frankfurt y Viena, marcando el adiós definitivo al último ejemplar de este modelo en operación comercial en Europa.
Más de 300 invitados —entre empleados, entusiastas de la aviación, figuras del ámbito político y empresarial— se congregaron en el Aeropuerto de Viena para rendir homenaje a esta aeronave que durante décadas fue sinónimo de viajes de ocio en la aerolínea alemana.
El “último vuelo” y la fiesta más alta del mundo
El trayecto de regreso desde Viena a Frankfurt fue escenario de lo que Condor denominó “la fiesta más alta del mundo”. A bordo, se vivió un ambiente festivo y nostálgico, donde empleados y seguidores del Boeing 757 celebraron el cierre de una era y el inicio de una nueva etapa con una flota compuesta exclusivamente por aviones Airbus.
Christian Schmitt, director de operaciones de Condor, destacó: “El Boeing 757 fue el símbolo de los viajes vacacionales en la aerolínea durante décadas. Con su retirada, comienza una nueva era de flota para la compañía. Nuestros modernos aviones Airbus son más silenciosos, eficientes y económicos, y representan el futuro de nuestra aerolínea”.
La elección de Viena como destino del vuelo conmemorativo no fue casual. Según Peter Gerber, CEO de Condor, esta ciudad refleja la creciente relevancia de los nuevos destinos europeos en la red de rutas de la aerolínea.
Un legado de 35 años en los cielos
La historia entre Condor y el Boeing 757 comenzó en 1990 con un vuelo inaugural entre Frankfurt y Antalya. Desde entonces, la aerolínea operó un total de 33 unidades de las variantes 757-200 y 757-300.
El Boeing 757-300, versión alargada del 757-200, fue especialmente apreciado tanto por el personal como por los pasajeros. De las 55 unidades fabricadas de este modelo en todo el mundo, aproximadamente una cuarta parte voló bajo los colores de Condor, un dato que subraya su relevancia en la industria. Con más de 54 metros de longitud, estos “lápices voladores” no solo impresionaban por su diseño técnico, sino que también se convirtieron en íconos fotográficos.
Un adiós con visión sostenible
Con motivo del último vuelo del 757, Condor también adquirió una cantidad adicional de Combustible Sostenible de Aviación (SAF) equivalente a una mezcla del 50% para este vuelo final, distribuyéndolo dentro de su red de rutas. Esta proporción representa el máximo permitido actualmente bajo los estándares internacionales de certificación, reforzando el compromiso de la aerolínea con una aviación más sostenible.
El adiós al Boeing 757-300 no solo marca el fin de una era, sino también el inicio de una nueva etapa enfocada en la eficiencia, la sostenibilidad y la expansión estratégica en Europa.
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Un apasionado por la aviación, Fundador y CEO de Aviación al Día.