Más asientos Premium: Aerolíneas de EE.UU. apuestan al lujo para capear la tormenta económica

Síguenos en las redes sociales y mantente siempre actualizado

Las principales aerolíneas estadounidenses están ganando altura gracias a una jugada estratégica: duplicar su apuesta por los asientos premium. En un contexto donde la demanda general de viajes aéreos pierde fuerza, los ingresos provenientes de los pasajeros de alto poder adquisitivo han demostrado ser un escudo eficaz contra la incertidumbre económica.

Después de la pandemia, compañías como Delta Air Lines, United Airlines y Alaska Airlines redoblaron sus inversiones en servicios de clase superior. La razón es clara: los viajeros que gastan más son menos sensibles al precio, lo que los convierte en un público más estable incluso durante recesiones o mercados volátiles.

Delta y United: márgenes sólidos gracias a sus cabinas premium

Delta Air Lines registró un incremento del 5% interanual en los ingresos por boletos premium durante el segundo trimestre, mientras que los ingresos de clase económica cayeron en la misma proporción. Esa brecha de 10 puntos porcentuales —la más amplia desde la pandemia— permitió a la aerolínea alcanzar un margen de dos dígitos entre abril y junio. El CEO Ed Bastian fue claro: “Nuestro consumidor principal está en buena forma y sigue priorizando los viajes”.

United Airlines, por su parte, también reportó un crecimiento del 5.6% en ingresos premium en el mismo periodo. Este desempeño fue clave para compensar los problemas operativos en su hub de Newark, cerca de Nueva York. En comparación, el crecimiento de ingresos totales por pasajeros fue de solo 1.1%.

Andrew Nocella, Director Comercial de United, resumió la tendencia: “La capacidad premium sigue siendo resiliente”.

Un consumidor con billetera fuerte

El éxito de esta estrategia radica en un grupo específico: los hogares estadounidenses que ganan más de 100.000 dólares al año, responsables del 75% del gasto en boletos de avión. Aunque un desplome en los mercados financieros en abril encendió alarmas, la rápida recuperación bursátil apaciguó el temor a una caída en la demanda de este segmento.

Delta anuncia su primera ruta sin escalas entre Salt Lake City y Sudamérica

Clase económica en turbulencia

Mientras tanto, el panorama para los pasajeros de clase económica es mucho menos optimista. La inflación y la incertidumbre económica han afectado a los consumidores con menos ingresos. Según datos de Bank of America, en junio el gasto de los hogares de bajos ingresos se tornó negativo, a diferencia del gasto estable de los sectores medio y alto.

JetBlue, por ejemplo, advirtió a sus empleados que, ante la débil demanda, alcanzar un margen operativo positivo en 2025 “es poco probable”. La aerolínea ya planifica nuevas medidas de recorte de costos. Lo mismo ocurre con compañías de bajo costo como Frontier y Spirit, que están reduciendo vuelos para evitar mayores presiones de descuentos.

El verano, históricamente la temporada más lucrativa para la industria aérea, está mostrando señales de debilidad en la venta de boletos económicos, obligando a las aerolíneas a lanzar promociones agresivas.

El lujo como diferencial clave

Las cabinas premium han pasado a ser el “diferenciador de ganancias” en la industria. Para aerolíneas como Delta, el negocio ya está girando en torno a estos productos: en el segundo trimestre, el 43% de sus ingresos por pasajeros provinieron de su clase superior, frente al 35% en 2019. La compañía incluso proyecta que en 2027 ganará más por estas cabinas que por la clase económica.

United ha comenzado a equipar sus nuevos Boeing 787-9 con suites de lujo que incluyen puertas de privacidad, pantallas de 27 pulgadas, productos de cuidado de piel de alta gama, y combinaciones de caviar y vino.

Alaska Airlines también se suma a esta transformación. La compañía prevé elevar la proporción de asientos premium al 29% de su flota para el próximo verano, desde el 26% actual.

Aerolíneas de bajo costo intentan reinventarse

El éxito del modelo premium ha hecho que incluso las aerolíneas de bajo costo cambien su enfoque. JetBlue está añadiendo asientos de primera clase en vuelos domésticos y ha inaugurado sus primeras salas VIP en Nueva York y Boston.

Frontier ha comenzado a renovar las dos primeras filas de sus aviones con butacas de alta gama. Spirit, históricamente asociada a un modelo sin lujos, busca reinventarse como una aerolínea premium para dar un giro a su negocio.

Desde 2019, la cantidad de asientos premium en vuelos domésticos en EE.UU. ha aumentado un 14%, más del triple del crecimiento registrado en la clase económica, según Visual Approach Analytics.

¿Riesgo de exceso de oferta?

El impulso por sumar más cabinas premium ya está afectando las entregas de nuevos aviones. Algunos analistas advierten sobre el riesgo de una saturación del mercado, lo que podría erosionar el poder de fijación de precios.

Sin embargo, Ben Minicucci, CEO de Alaska Airlines, minimiza esos temores: “Lo vemos como una experiencia premium de principio a fin por la que la gente está dispuesta a pagar y espera recibir”.

En una industria golpeada por cambios constantes en la demanda y la economía global, las aerolíneas estadounidenses han encontrado en el lujo una vía de escape.

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *