La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos publicó un reporte preliminar sobre el incidente del 28 de octubre del 2016 donde un avión Boeing 767 de American Airlines (AA) se incendió debido a un estallido en el motor derecho.
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En su informe, la NTSB señaló que el incendio se debió a la ruptura de un disco del motor, lo que causó una reacción en cadena que resultó en la conflagración del motor y parte del ala.
Los investigadores descubrieron que el disco salió disparado y se encontró a unos 700 metros del lugar del incidente, algo que representa una falla de naturaleza inusual según las pruebas realizadas a esta pieza fabricada por General Electric a partir de una aleación níquel-metal.
Al respecto, Robert Sumwalt, presidente de la NTSB, expresó su preocupación ante este hecho, pues advierte que la mayoría de los fabricantes aeronáuticos actualmente utilizan este tipo de aleaciones para los componentes de sus motores.
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Ante esto, el organismo recomendó que se realice un estudio exhaustivo para determinar los factores que ocasionan este tipo de rupturas.
Mal manejo de crisis
En cuanto a la respuesta de las tripulaciones, la NTSB hizo un recuento de hechos como sigue: el vuelo 383 de AA comenzó su carrera de despegue en la pista 28R del aeropuerto O’Hare de Chicago, cuando de repente se escuchó un fuerte ruido en el ala derecha, seguido de llamas y humo. Entonces, los pilotos abortaron la maniobra y frenaron la carrera a solo unos metros del fin de la pista.
Así, tanto los 161 pasajeros a bordo como los 9 integrantes de la tripulación procedieron a evacuar la aeronave por los toboganes de emergencia.
Sin embargo, los auxiliares de vuelo, que no sabían utilizar el sistema de intercomunicación con la cabina de mando, no fueron avisados de que el motor izquierdo seguía funcionando.
Esto complicó innecesariamente la salida de los pasajeros por la parte posterior izquierda, e incluso uno de ellos fue «empujado» por la corriente de la turbina, caída que le provocó heridas graves.
Ante el caos, los ocupantes comenzaron a salir desorganizadamente, e incluso algunos pasajeros forcejearon con sobrecargos al intentar recuperar su equipaje de mano (pese a la instrucción de dejar todas las pertenencias y evacuar inmediatamente).
La instancia exhortó a que se realicen más estudios sobre el comportamiento de las personas en este tipo de situaciones, y cómo se pudiera mejorar el manejo de crisis cuando un avión estalla en llamas.
A continuación presentamos un video del momento de la evacuación:
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