El nuevo avión ruso MC-21 se enfrenta a un nuevo revés, luego de que la primera entrega se retrasará hasta 2025 o 2026, según anunció el director general de Rostec, Sergei Chemezov.
Este retraso se atribuye principalmente al impacto de las sanciones internacionales sobre el sector aeroespacial ruso, tras el país invadir Ucrania.
Rostec, el conglomerado estatal que posee una participación mayoritaria en United Aircraft Corporation (UAC) y su filial Yakovlev, está a la cabeza de los esfuerzos de Rusia por desarrollar una industria aeroespacial nacional capaz de plantar cara a gigantes occidentales como Airbus y Boeing.
Sanciones y retos para la cadena de suministro
Desde el inicio del conflicto en Ucrania, la industria aeroespacial rusa se ha visto gravemente perjudicada por las sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales, que han restringido el acceso a componentes y tecnología cruciales, lo que ha afectado significativamente al desarrollo y la producción del MC-21.
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Inicialmente celebrado por su innovadora ala de material compuesto y su dependencia de componentes extranjeros como los motores Pratt & Whitney PW1400G, el proyecto MC-21 ha tenido que pivotar hacia alternativas nacionales a la luz de estos desafíos. Las recientes sanciones han aislado aún más al sector aeroespacial ruso, acentuando la urgente necesidad de autosuficiencia en la producción de aviones.
En busca de la autosuficiencia
Tras la salida de los fabricantes occidentales del mercado ruso, se ha producido un impulso hacia el desarrollo y la utilización de recursos nacionales para la producción de aviones. El Director General de Rostec destacó la importancia de suministrar a las aerolíneas rusas aviones modernos, cómodos y de producción nacional, con el fin de sustituir el vacío dejado por Airbus y Boeing.
El objetivo es ambicioso: para 2030, Rusia tiene previsto entregar a sus aerolíneas más de 500 aviones de fabricación nacional, incluidos los modelos MC-21, SSJ-NEW y Tu-214.
Este giro hacia la autosuficiencia no sólo pretende sostener la industria aeronáutica rusa, sino también reafirmar la capacidad del país en el ámbito aeroespacial mundial.
De cara al futuro: Implicaciones y desafíos
Mientras Rostec y Yakovlev navegan entre las complejidades de las sanciones y la búsqueda de la producción nacional, el retraso en el debut del MC-21 simboliza tanto un reto como una oportunidad para el sector aeroespacial ruso.
Este retraso proporciona tiempo adicional para perfeccionar el diseño de la aeronave y garantizar su seguridad y fiabilidad, abordando cualquier preocupación derivada de la transición a componentes nacionales. Sin embargo, las implicaciones más generales de estos retrasos y el afán de autosuficiencia plantean interrogantes sobre la futura competitividad e innovación de la industria aeroespacial rusa en un mercado dominado por los fabricantes occidentales establecidos.
A medida que Rusia avanza en sus ambiciosos objetivos aeroespaciales, la comunidad aeronáutica mundial sigue de cerca, anticipando el impacto de estos acontecimientos en el panorama geopolítico de la industria.
Con información de BNN
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