El accidente aéreo ocurrido en Washington, D.C., ha puesto en evidencia una crisis latente en la seguridad del espacio aéreo estadounidense. El 29 de enero, un helicóptero militar Black Hawk del Ejército de Estados Unidos impactó contra el vuelo 5342 de American Eagle, que se aproximaba al aeropuerto procedente de Wichita, Kansas. La tragedia, que cobró la vida de 67 personas, es considerada la más letal en el país en más de dos décadas.
Un problema ignorado: 15.214 incidentes previos
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha revelado datos alarmantes. Entre octubre de 2021 y diciembre de 2024, se registraron 15.214 incidentes de proximidad peligrosa entre aeronaves en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. En 85 de esos casos, la separación fue crítica: menos de 61 metros en vertical y 457 metros en horizontal. Estos números sugieren que la colisión del 29 de enero no fue un evento aislado, sino la consecuencia de un riesgo persistente y no atendido con la debida urgencia.
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Factores clave del accidente
El informe preliminar de la NTSB identifica varios factores determinantes en la tragedia:
- Falla en la comunicación: El Black Hawk no recibió la instrucción de mantenerse detrás del avión comercial, posiblemente debido a interferencias en la radio.
- Altitud inadecuada: El helicóptero volaba a 99 metros de altitud, superando el límite permitido en la zona.
- Uso de gafas de visión nocturna: La tripulación del Black Hawk dependía de estos dispositivos, lo que pudo haber afectado su percepción del entorno.
- Control de tráfico aéreo insuficiente: En el momento del accidente, solo un controlador estaba operando dos posiciones en la torre de control, mientras otros descansaban.
Medidas y advertencias urgentes
En respuesta, el Departamento de Transporte, encabezado por Sean Duffy, impuso una prohibición temporal al tráfico de helicópteros sobre el río Potomac y cerca del aeropuerto hasta el 31 de marzo. No obstante, la NTSB insiste en que esta restricción debe ser permanente. “Las distancias actuales entre aviones y helicópteros en esta área representan un riesgo intolerable”, advirtió Jennifer Homendy, presidenta de la junta.
Entre las recomendaciones clave, la NTSB insta a la Administración Federal de Aviación (FAA) a establecer rutas alternativas para helicópteros y a reforzar la supervisión en el control de tráfico aéreo.
Una tragedia con un alto costo humano
El impacto de este desastre ha sido devastador. Entre las víctimas se encontraban 28 patinadores artísticos y sus entrenadores, quienes regresaban del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico de Estados Unidos. Entre ellos, los adolescentes Spencer Lane y Jinna Han, sus madres Christine Lane y Jin Han, y los entrenadores Evgenia Shishkova y Vadim Naumov.
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