Boeing ha vuelto a una producción más «dinámica» de su 737 MAX, tras años marcados por retrasos y contratiempos, según Olivier Andries, director ejecutivo de Safran, proveedor clave de motores.
Actualmente el límite fijado por los reguladores estadounidenses para la producción del 737 MAX es de 38 unidades al mes, luego del incidente de enero de 2024, cuando un panel se desprendió en pleno vuelo en un MAX casi nuevo. Doug Ackerman, vicepresidente de Calidad de Boeing Commercial Airplanes, confirmó este martes que la compañía prevé estabilizar esa cifra en los próximos meses.
CFM y el papel estratégico en la reactivación
Safran, junto a GE Aerospace, co-produce los motores LEAP a través de su empresa conjunta CFM International. Estos propulsores son los elegidos para todos los Boeing 737 MAX y también compiten con los de Pratt & Whitney por el mercado del Airbus A320neo.
Mientras Safran celebra el progreso de Boeing, otras voces del sector mantienen cautela. Peter Barrett, CEO de SMBC Aviation Capital —una de las principales empresas de leasing del mundo—, afirmó que tanto Boeing como Airbus han avanzado, pero aún queda camino para lograr un ciclo de producción estable y predecible.
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La presión sobre la cadena de suministro
El incremento en la demanda de servicios de mantenimiento de motores es una consecuencia directa de los retrasos en la fabricación de nuevas aeronaves. Andries explicó que los cuellos de botella en la cadena de suministro aeroespacial han sido determinantes en este repunte.
En el caso de Airbus, señalaron a CFM como uno de los dos proveedores que están ralentizando el aumento de la producción durante el primer semestre del año. No obstante, desde CFM se mostraron confiados en poder acelerar el ritmo a partir del segundo trimestre. Cabe destacar que los motores LEAP para Boeing y Airbus difieren significativamente en tamaño y componentes.
RISE: el futuro más limpio de la aviación
Safran también compartió novedades alentadoras sobre el desarrollo de su próxima generación de motores. En las pruebas en túnel de viento y otros ensayos, el programa RISE está dando resultados prometedores. Este nuevo diseño busca reducir el consumo de combustible y las emisiones en un 20%, un paso clave hacia una aviación más sostenible.
La reactivación del ritmo de Boeing, junto con el empuje tecnológico de sus proveedores, marca una etapa crucial para el sector. Aunque persisten los desafíos logísticos y regulatorios, los movimientos recientes apuntan a una recuperación sostenida y con visión de futuro.
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